Me había prometido a mí mismo que, como el esfuerzo inútil conduce a la melancolía, era mejor dejar de escribir sobre Cataluña por una buena temporada. No solo dejar de escribir, sino intentar vivir de la manera más normal posible, es decir, vivir como si Cataluña no existiera.
He resistido unos meses pero llega un momento en que el estómago de uno no aguanta más y, por inútil que sea, no puedo dejar de escribir algunas preguntas que se me ocurren:
- La semana pasada, ¿no habría sido mejor que el todavía presidente de la Generalitat hubiese firmado por decreto la revocación de la Constitución y el Estatuto, y la convocatoria de lo que él llama referéndum? Total, si es ilegal de cabo a rabo, ¿no era más digno para la institución que él representa hacerlo así, en lugar de montar un trasunto de Asamblea Constituyente de Venezuela?
- Los prusesistas dicen que todo se está haciendo de forma escrupulosamente legal. ¿Qué tendría que hacer la presidenta del Parlamento de Cataluña para que los nacionalistas admitieran que se salta las normas? ¿Meterse una raya de coca en un Pleno, allí delante de todos, o algo así?
- En la misma línea, ¿qué tendría que hacer el todavía Presidente de la Generalitat para que los nacionalistas admitieran que se salta las normas? ¿Sacarse la chorra en una comparecencia, o algo así?
- En las sociedades prósperas, las instituciones tienen que funcionar, los contratos se respetan: por ejemplo, si quedamos a las siete, nos vemos a las siete. Si las instituciones no son fiables, la incertidumbre se maximiza y la prosperidad transmuta en selva. En la Cataluña libre y soberana que nos prometen, ¿falsificar la firma de un fedatario público como es el secretario del Parlament será delito o da lo mismo?
- El todavía presidente de la Generalitat dice que a él solo lo puede inhabilitar el Parlamento. En la Cataluña libre y soberana que nos prometen, ¿el poder ejecutivo estará sometido al poder judicial o da lo mismo?
- En medio del éxtasis y la autocomplacencia en que viven, ¿los prusesistas no han parado a pensar que, en su afán por buscar la máxima pureza soberanista con todas las consecuencias, tal vez pueden estar perdiendo algún leve apoyo electoral futuro? ¿Puede ser que las tornas cambien y el prusés sea una fábrica de unionistas?
- ¿No es descorazonador que, fuera de Cataluña, los principales valedores intelectuales de la independencia sean Julian Assange, Arnaldo Otegi y el Varoufakis?
- En la Cataluña libre y soberana, dado que España será ya un país extranjero, ¿que un estadio de fútbol silbe contra el himno español, o que un dirigente político diga que foteu pena tots els espanyols, o que uno que dice que es filósofo diga que hay que evitar a toda costa que una española sea alcaldesa de Barcelona podrá considerarse xenofobia? Algo habremos avanzado.
- Además del presidente de Estados Unidos y del de la Generalitat, ¿ustedes conocen a algún otro gobernante de un país occidental que se dedique a insultar a medios de comunicación por Twitter?
- ¿A ningún independendista le da asco lo infatiloides que resultan las movilizaciones de la ANC, con sus inscripciones, sus pseudocoreografías, y sus anuncios de que los ejes básicos de la república catalana van a ser justicia y bienestar social, democracia, diversidad, solidaridad, equilibrio territorial, sostenibilidad, cultura y educación, innovación y apertura al mundo? ¿Nadie huele el tufo mitad pueril, mitad norcoreano de tales declaraciones de intenciones?
- Si José María Aznar tuviera a su disposición una máquina del tiempo y pudiera viajar a la primavera de 1996, ¿volvería a acordar con Convergència i Unió aquella tregua ideológica que consistía en apoyo electoral en el Congreso de los Diputados a cambio de disolver la oposición en el Parlamento de Cataluña?
- Si José María Aznar tuviera a su disposición una máquina del tiempo y pudiera viajar a la primavera de 1996, ¿volvería a acordar con Convergència i Unió la retirada de la Guardia Civil de Cataluña para que, en palabras de Jordi Pujol, los catalanes pudieran sentirse en su casa?
- Si José Montilla y José Zaragoza tuvieran a su disposición una máquina del tiempo y pudieran viajar al quinquenio 2004-2009, ¿volverían a montar aquellas campañas electorales infinitamente sectarias, que inoculaban el odio al contrincante político hasta la náusea, que presentaban al PP no como adversario político sino como enemigo del pueblo de Cataluña?
- Si José Montilla tuviera a su disposición una máquina del tiempo y pudiera viajar al verano de 2010, ¿volvería a convocar una manifestación en contra de una sentencia judicial y bajo el lema Nosaltres volem decidir? ¿No fue aquello la semilla de la deslegitimación del poder judicial y del falso binomio “el pueblo” contra “los jueces”, que el PSC inició y del que ahora intenta apearse demasiado tarde?
- ¿Por qué la ANC pide donaciones para pagar las sanciones a Artur Mas? ¿No quedamos en que hay que desobedecer? Si el 2 de octubre van a dejar de regir las normas españolas, ¿qué más da si Mas no paga esa sanción?
- Los independentistas manejan estos escenarios: En el mejor de los casos (el menos probable), habrá una alteración del orden constitucional español por la vía de los hechos consumados. En el peor de los casos (el más probable), tras un simulacro de referéndum, habrá disturbios más o menos violentos, pero se acabará manteniendo el orden público y los tribunales terminarán con un millar de personas, entre consejeros, cargos de confianza, miembros de la mesa del Parlamento, alcaldes y secretarios municipales, imputados, condenados… e indultados tras una negociación posterior con el próximo Gobierno de España. ¿No creen que, manejando esas hipótesis, los estrategas de la Generalitat piensan que, en realidad, tienen poco que ganar pero nada, absolutamente nada, que perder?
- La Ley de Régimen Local exige que en la fachada del ayuntamiento tiene que estar la bandera de España y en el salón de plenos el retrato del Rey. Si el presidente del Gobierno hubiera querido, habría podido aprobar hace años una leve modificación de esa Ley para proclamar que los acuerdos de los plenos no son válidos si lo anterior no se cumple. Es un ejemplo tonto de un detalle, entre otros muchos, que durante años se podrían haber implementado para dejar claro quién manda. Ahora el gobierno intenta a toda prisa dejar claro quién manda y quizás ya es tarde. Si el gobierno ha renunciado durante años a recordar por la vía de los símbolos que Cataluña está bajo soberanía española y durante años muchos alcaldes han hecho lo que les venía en gana sin represalias, ¿por qué espera que ahora esos mismos alcaldes cumplan con las leyes y las resoluciones judiciales?
- ¿Es cierto que los catalanes que están “votando” desde el exterior lo están haciendo enviando por carta un código QR, un documento firmado… y una fotocopia del DNI? ¿Se puede atestiguar de manera indubitada la identidad de alguien con una fotocopia?
- ¿No es triste pero inevitable que los independentistas sean un bloque monolítico, ilusionado, con lemas tan simples como convincentes y potentes, y en la acera de enfrente los llamados partidos unionistas no se soporten entre ellos, traten de robarle votos y protagonismo al vecino, no tengan convicciones y no valgan ni para hacer demagogia barata?