Es difícil encontrar en el mundo democrático a un partido político que acumule tanto poder como el Partit dels Socialistes de Catalunya, S.A. La última que han ideado las huestes de José Montilla ha sido presentar a tres de los cuatro candidatos que este jueves concurren a las elecciones a rector de la Universidad de Barcelona.
De los cuatro profesores que optan al puesto de rector (Dídac Ramírez, Marià Alemany, Josep Samitier y Noberto Bilbeny), dos de ellos (los dos primeros) son directamente militantes del PSC, S.A. El tercero de ellos, Josep Samitier, es el actual rector en funciones, llegando al puesto al reemplazar a Màrius Rubiralta (Samitier era vicerrector), quien fue nombrado Secretario de Estado de Universidades tras las elecciones generales de marzo por su servil proximidad a los socialistas. Sólo el último de ellos, Bilbeny, se presenta como independiente, o al menos lo disimula bastante mejor que sus competidores. De hecho Bilbeny incluso ha planteado un programa electoral mínimamente (pero que muy mínimamente) atrevido, al proponer la supresión de algunas carreras estúpidas, sugerir tímidamente que la política lingüística de la Generalitat es un lastre para la competitividad de las universidades catalanas a escala internacional o acusar al actual equipo rectoral de ser experto sólo en el campo de la ingeniería contable.
Presentando a tres candidatos de cuatro, el PSC, S.A. se garantiza mantener el control de la UB y de paso una suerte de lobby quimi-bio-médico seguirá mangoneando el presupuesto. Sobretodo si tenemos en cuenta que previsiblemente los que hemos votado al freelancer Bilbeny cabemos en un ascensor. Mucho me sorprendería lo contrario.
De los cuatro profesores que optan al puesto de rector (Dídac Ramírez, Marià Alemany, Josep Samitier y Noberto Bilbeny), dos de ellos (los dos primeros) son directamente militantes del PSC, S.A. El tercero de ellos, Josep Samitier, es el actual rector en funciones, llegando al puesto al reemplazar a Màrius Rubiralta (Samitier era vicerrector), quien fue nombrado Secretario de Estado de Universidades tras las elecciones generales de marzo por su servil proximidad a los socialistas. Sólo el último de ellos, Bilbeny, se presenta como independiente, o al menos lo disimula bastante mejor que sus competidores. De hecho Bilbeny incluso ha planteado un programa electoral mínimamente (pero que muy mínimamente) atrevido, al proponer la supresión de algunas carreras estúpidas, sugerir tímidamente que la política lingüística de la Generalitat es un lastre para la competitividad de las universidades catalanas a escala internacional o acusar al actual equipo rectoral de ser experto sólo en el campo de la ingeniería contable.
Presentando a tres candidatos de cuatro, el PSC, S.A. se garantiza mantener el control de la UB y de paso una suerte de lobby quimi-bio-médico seguirá mangoneando el presupuesto. Sobretodo si tenemos en cuenta que previsiblemente los que hemos votado al freelancer Bilbeny cabemos en un ascensor. Mucho me sorprendería lo contrario.