viernes, diciembre 30, 2011

El PP se declara contrario al programa electoral del PP


Las reformas fiscales han demostrado ser instrumentos eficaces para la dinamización de la economía y la recuperación del crecimiento. Menos impuestos no significa menos recaudación, sino liberación de recursos a disposición de las familias y empresas, que pongan en marcha de nuevo el motor de la economía.

Estoy muy de acuerdo con esas sensatas frases.

Esas sensatas frases estaban en el programa electoral del PP en estas pasadas elecciones generales. Siempre hubiera sido preferible subir el IVA antes que el IRPF. Habría sido más eficaz y habría penalizado el consumo, pero claro, con el miedo que les da que les llamen ultraliberales, ultraderechistas, ultramontanos y hasta ultramarinos, subiendo el IVA no se podrían colgar la supuesta medalla de "hemos castigado más a los que cobran nóminas más altas".

Para seguir aprobando medidas socialdemócratas, nos podríamos haber quedado como estábamos. Exprimiendo las rentas de las clases medias, de los profesionales, los autónomos y los pequeños empresarios, sólo vamos a quedar en España los tontos y los pobres. Y a ver con qué cara sale mañana Rubalcaba criticando esas medidas cuya música suena tan parecida a lo suyo.

miércoles, diciembre 14, 2011

Nueva ley electoral, para qué


Dentro de un mismo bloque de ideas o conceptos, no podemos aceptar solamente lo que nos interese y desbaratar todo lo demás. Aquellos que están a favor de una nueva ley electoral que acabe con el sistema d'Hont, que lo defiendan y lo acepten con todas sus consecuencias. En realidad, que lo acepten con su única consecuencia: una reforma electoral que eliminara las circunscripciones y fuera extraordinariamente generosa con las minorías llevaría, en un país como España, a una situación de ingobernabilidad permanente.

Los partidos nacionalistas no serían los perjudicados por una ley electoral que homogeneizara a España como una circunscripción única. Los beneficiados serían el Partido Comunista de España, Rosa Díez, Plataforma per Catalunya, los Verdes y supongo que el Partido Cannabis o cualquier otro partido de ámbito español que consiguiera más de un 0.3% de los votos. Los nacionalistas quedarían igual y los dos grandes perjudicados serían el PP y el PSOE. Hasta ahora, no estoy opinando sobre si me parecería bien o mal que PP y PSOE perdieran escaños, pero esa sería la consecuencia. Un parlamento en el que jamás habría mayoría absoluta ni tampoco una mayoría amplia, con gobiernos siempre débiles y permanentemente pendientes de someter al consenso cualquier medida.

Creo que tener o no tener grupo parlamentario propio no es ni relevante, ni una traición al espíritu de la Constitución, ni un fraude de ley, ni un no fraude, ni una argucia ni una no argucia. Creo que los diputados son lo que votan, y no si están o no están agrupados. Creo que los mecanismos que fomentan exquisitamente la participación, el pluralismo y la representatividad en aras de una mejor democracia acaban perjudicando a la democracia porque imposibilitan que los gobernantes tomen medidas duras y resolutivas en un tiempo rápido. Me parece mucho más importante para la calidad democrática que Alberto Alcocer, Iñaki Urdangarín o Alfredo Sáenz acaben en la cárcel si son unos delincuentes, que no que el Parlamento represente fielmente o no los porcentajes de voto realmente votados por los ciudadanos, que UPyD tenga o no tenga grupo parlamentario o que Cayo Largo tenga o no tenga representación en la mesa del Congreso de los Diputados.

Y de las listas abiertas mejor ni hablamos, ya las hay en el Senado y ya ven qué vota la gente.