domingo, diciembre 06, 2009

Zapatero: hoy toca no reformar la Constitución, otro día ya veremos


El presidente del gobierno nunca deja de sorprenderme, continúa revolviéndome las tripas como el primer día, como su primer día como demagogo en aquella huelga general del 20 de junio de 2002. El presidente del gobierno continúa siendo capaz de darle la vuelta a la realidad como un guante sin pestañear, y lo que es peor, sin que a nadie parezca importarle.

En el día de la Constitución, el presidente del gobierno explica que la Constitución ha sido y es muy útil y no hay en el horizonte inmediato una necesidad imperiosa de reformarla. No habría nada que objetar (de hecho yo mismo no quiero que se reforme, me bastaría con que se hiciera cumplir la Constitución vigente, fíjense a qué extremos hemos llegado ya) si no fuera porque este sujeto entró como elefante en cacharrería en su primer debate de investidura, en 2004, con las siguientes perlas:

Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, 15/04/2004, páginas 18 y 19:

"La reforma del Senado debe plantearse en un proceso consensuado de reforma parcial de la Constitución."

"Como ha servido, como nos ha servido a todos, la Constitución debe mantenerse y todos podemos y debemos defenderla, pero han transcurrido los años suficientes como para que acontecieran hechos que la Constitución misma no podía prever y para que podamos adoptar soluciones, en el desarrollo de nuestras instituciones, que la propia aplicación de la Constitución va permitiendo."

"El proyecto de reforma de la Constitución es una tarea esencial en la que pido el concurso y la voluntad de todos para alcanzar un gran acuerdo, porque se trata de reformarla para mejorarla. El Gobierno tomará la iniciativa para la reforma, para lo cual solicitará un informe previo al Consejo de Estado, que constituirá la base de su proyecto. En los próximos días, el Gobierno procederá al nombramiento de un presidente del Consejo de Estado, de reconocido prestigio y probada independencia, para que dirija este trabajo. Contará además para ello con el auxilio del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, que pasará a adscribirse al propio Consejo de Estado, abandonando la órbita estricta del Gobierno."

Como ha venido demostrando estos años, es capaz de decir una cosa y la contraria, de afirmar que algo se va a hacer de inmediato y luego olvidarse, de tomarnos a todos por tontos. Si le conviene, mañana mismo iniciará la reforma de la Constitución o lo postergará para 20 años. Negará haber dicho nunca que quería reformarla o afirmará que siempre lo ha defendido. Pero qué morro tiene, y qué tontos somos todos.