Por encima de toda la bazofia que se emite por televisión actualmente (que es inconmensurable), destaca por méritos propios una cadena que puede ser considerada como la reina de la telemierda. Telecinco, claro. Es muy difícil de igualar su hoja de servicios.
La cadena de Berlusconi y Vocento se tira prácticamente 24 horas sobre 24 hablando de dos temas muy concretos: la Pantoja y esa tal Violeta Santander que defiende la agresión a Jesús Neira. Todo gira en torno a esos dos personajes, con breves pausas para emitir 1) magacines disfrazados de informativos, 2) un supuesto concurso ("El juego de tu vida") en el que unos actores aficionados cuentan sus supuestas intimidades y 3) un poco de Fórmula 1.
Incluso para mí, un firme seguidor de la caspa televisiva, semejante excreción permanente de telebasura es demasiado. Es muy triste que aquella cadena de los años 90, aquella televisión con las mamachicho, Manolo Escobar, el programa de Jesús Gil y aquella afición al zoom nos parezca, comparado con lo que hay ahora, televisión de calidad con alto contenido cultural. Ya lo dijo Salvador Dalí, aunque él creía referirse sólo a la política: todo sistema en el que intervienen los humanos tiende irreversiblemente hacia la putrefacción.
La cadena de Berlusconi y Vocento se tira prácticamente 24 horas sobre 24 hablando de dos temas muy concretos: la Pantoja y esa tal Violeta Santander que defiende la agresión a Jesús Neira. Todo gira en torno a esos dos personajes, con breves pausas para emitir 1) magacines disfrazados de informativos, 2) un supuesto concurso ("El juego de tu vida") en el que unos actores aficionados cuentan sus supuestas intimidades y 3) un poco de Fórmula 1.
Incluso para mí, un firme seguidor de la caspa televisiva, semejante excreción permanente de telebasura es demasiado. Es muy triste que aquella cadena de los años 90, aquella televisión con las mamachicho, Manolo Escobar, el programa de Jesús Gil y aquella afición al zoom nos parezca, comparado con lo que hay ahora, televisión de calidad con alto contenido cultural. Ya lo dijo Salvador Dalí, aunque él creía referirse sólo a la política: todo sistema en el que intervienen los humanos tiende irreversiblemente hacia la putrefacción.
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Las reacciones más hipócritas al respecto del tratamiento que Telecinco le está dando a la ya archiconocida agresión a Jesús Neira las hemos podido ver en Cataluña. El crítico televisivo Ferran Monegal, columnista de El Periódico de Catalunya y Josep Cuní, presentador estrella de las mañanas de Tv3, se han quejado estos días de que Telecinco dé cancha a una toxicómana que defiende a su maltratador e insulta a la persona que intentó defenderla. Hombre, esto es una novedad: a Monegal y a Cuní les parece muy mal que una televisión dé cobertura a una persona que defiende un delito. Estoy de acuerdo. Lástima que no protestaran cuando la hoy directora de Tv3 entrevistó en numerosas ocasiones a Arnaldo Otegi y a Jone Goiricelaya, ni cuando el Canal 33 emitió un reportaje en defensa de Terra Lliure, ni cada vez que los cada día menos vistos informativos de la televisión pública catalana han justificado el terrorismo islámico.
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Pues si no quiere que la llamemos Maleni, la llamaremos Lady Aviaco.