viernes, septiembre 05, 2008

Celestino Corbacho dice Diego


Yo me declaro firmemente partidario de no intervenir en los flujos migratorios: que sea el mercado quien regule cuándo hay suficientes inmigrantes, cuándo sobran y cuándo faltan más. Que lo decida el mercado laboral y el precio de los inmuebles. Por eso es siempre agradable pillar a un progre en metáfora picada. No hace tanto que el ministro Celestino Corbacho no era ministro sino presidente de la Diputación de Barcelona y alcalde de L'Hospitalet de Llobregat. Tampoco hace tanto, apenas un año y tres meses, desde que Celestino Corbacho, ligeramente fatigado tras su nosecuantésima campaña electoral municipal, revalidó su búlgara mayoría absoluta.

En aquella campaña, el principal candidato opositor a Corbacho (principal por decir algo, porque aquí cualquier cosa no afecta al PSC merece ser declarada especie protegida) lanzó una propuesta más bien agresiva sobre política migratoria, acusando al hoy ministro de hacerse el sueco ante algunas consecuencias del fuerte incremento de población inmigrante en muy pocos años en la ciudad. Las propuestas contra el incivismo y contra la posibilidad de que Hospitalet se convirtiera en un gueto no fueron, digamos, muy amablemente recibidas ni por los socialistas ni por sus socialistas plataformas de inmigrantes subvencionadas.

A ese candidato, con resultados electorales más bien discretos, lo llamaron fascista, racista, xenófobo, y no sé cuántas cosas más. Ahora resulta que el hoy ministro de Trabajo e Inmigración es partidario de algo así como "los españoles primero" ante la crisis económica. Pues enhorabuena, hombre. La coherencia ante todo.