Dos periódicos de izquierdas publican hoy sendas encuestas de intención de voto para las próximas elecciones generales, a tres años vista. En ambas encuestas, el Psoe continuaría sacándole varios puntos de ventaja al Pp. Sin duda, los críticos con Mariano Rajoy blandirán las portadas, como ya están haciendo, para que la dizque liberal Esperanza Aguirre sea designada nueva líder de la derecha por la redacción de El Mundo.
Cierto es que al Pp no sólo le basta con tener razón, sino que además hace falta que los votantes se la den, y es difícil saber si la crisis económica va a conllevar algún castigo electoral real en las huestes socialistas (ahí tienen las elecciones vascas y gallegas de aquí a dos meses, en las que muy probablemente los progres ganarán votos). Pero también es cierto que en el año 1993 y con más de un 20% de paro el Psoe ganaba elecciones, y que en 1996 apenas perdió por ciento cincuenta mil votos. Que nadie se extrañe, pues, de que los socialistas continúen amasando éxitos. Sus votantes han dado numerosísimas pruebas, a lo largo de treinta años de democracia, de tener unas tragaderas sin fondo. Otro gallo estaría cantando si un gobierno de derechas hubiera negado una crisis económica, se hubieran ido al paro casi un millón de personas en cuestión de meses o se hubiera regalado dinero público a bancos españoles para evitar su quiebra.
Cierto es que al Pp no sólo le basta con tener razón, sino que además hace falta que los votantes se la den, y es difícil saber si la crisis económica va a conllevar algún castigo electoral real en las huestes socialistas (ahí tienen las elecciones vascas y gallegas de aquí a dos meses, en las que muy probablemente los progres ganarán votos). Pero también es cierto que en el año 1993 y con más de un 20% de paro el Psoe ganaba elecciones, y que en 1996 apenas perdió por ciento cincuenta mil votos. Que nadie se extrañe, pues, de que los socialistas continúen amasando éxitos. Sus votantes han dado numerosísimas pruebas, a lo largo de treinta años de democracia, de tener unas tragaderas sin fondo. Otro gallo estaría cantando si un gobierno de derechas hubiera negado una crisis económica, se hubieran ido al paro casi un millón de personas en cuestión de meses o se hubiera regalado dinero público a bancos españoles para evitar su quiebra.