martes, noviembre 23, 2010

Postales electorales (II): Joan Herrera




Cuando a finales de los setenta el PSUC era un partido importante, tenía muchos votos pero no tenía poder. Ahora que el PSUC es tan residual que ha perdido hasta el nombre (desde hace dos décadas dicen llamarse Iniciativa per Catalunya y no ser comunistas sino ecosocialistas), no tienen votos pero mandan que no veas. A diferencia de lo que ocurre con Izquierda Unida en el resto de España, a los comunistas catalanes les ha ido de perlas viviendo de lacayos de los socialistas, como marca blanca del PSOE. En Cataluña, gobiernan en casi todos los ayuntamientos importantes y en la Generalitat. Tienen un trato envidiable en la televisión pública y, sobre todo, gobiernan la corrección política.

Después de los días de vino y rosas, que parece que están terminando, a Joan Herrera, candidato comunista a la presidencia de la Generalitat, le ha tocado el complicado rol de empezar a gestionar derrotas, plegar velas y minimizar los daños. Tiene la estética adecuada para liderar ese partido en este momento. A pesar de tener casi 40 años sigue pareciendo un monitor de esplai, de los que sacaban la guitarra después del agitado día en la granja escuela. Tiene la ventaja de que le van a votar más o menos los mismos de siempre pero que va a la oposición, y por eso no tiene que rendir cuentas de la fabulosa gestión de su partido en la consejería de Interior, y se dedica directamente a hacer oposición ya al próximo gobierno.

Gobernando han sido una calamidad, pero en demagogia Herrera es de los campeones, rivalizando codo con codo con el propio presidente Montilla. Dice que el mercado crea sus propias crisis para purgar a los pobres, que el resultado electoral de este domingo no le vale de nada porque Cataluña es de izquierdas gane quien gane, y no sé qué de los tomates con sabor a tomate.

Simpatiza con los gobiernos totalitarios de Hispanoamérica y detesta la libertad al margen de la administración. No ha trabajado en su vida, ni falta que le hace. Los que le votan son como él: de clase media, con muchos pájaros en la cabeza y ni una sola idea que llevar a la práctica.