Todo el mundo tiene que leer el Estatuto de Cataluña antes del referendum del 18 de junio. Y digo todo el mundo: que lo lean los catalanes, es lo de menos. Lo importante es que el conjunto de la humanidad conozca el espectacular feto engendrado por los nacionalistas de todos los partidos.
Uno de los pasajes más desternillantes es el título sexto, correspondiente a la financiación de la Generalitat. Destaca el artículo 206. En todo el título sexto, no aparece por ningún lado por dónde va a salir esa supuestamente nueva financiación chupiguay para Cataluña (ni puede aparecer, cómo va a aparecer en un marco normativo), pero es particularmente fascinante el epígrafe quinto de este artículo 206:
"El Estado garantizará que la aplicación de los mecanismos de nivelación no altere en ningún caso la posición de Cataluña en la ordenación de rentas per cápita entre las Comunidades Autónomas antes de la nivelación."
La versión catalana tiene un sensible matiz: "L'Estat ha de garantir", está obligado a garantizar. El Estado (o sea, España, un vocablo que apenas aparece en todo el articulado para hacer mención al Banco de España) es un sujeto que, de acuerdo con esa construcción, está sometido a la norma del Estatuto, tal y como observamos en ese artículo. El conjunto del Estado (sic) debe cumplir con una ley aprobada por una instancia supuestamente inferior al Estado (sic). ¿Qué ocurrirá si los presupuestos generales del Estado del año próximo no casan con lo dispuesto en el Estatuto de Autonomía de Cataluña? Que el gobierno central estará incumpliendo las leyes de un gobierno regional, esto es, que exactamente como está diciendo el Partido Popular, el Estatut crea un Estadito soberano dentro del propio Estado, que se convierte en vasallo de aquél.
Según el heroico presidente Rodríguez, lo de la definición de Cataluña como nación es algo simbólico, una exaltación sentimental, nada con validez jurídica, pero en el articulado se aprecian elementos de soberanía (o sea, soberanía nacional) ¡sobre el conjunto de la nación que, dice Rodríguez, sigue siendo la única soberana! Es importante que conozcamos estos pequeños y grandes engaños, pero ya siendo conscientes de ellos, luego podemos ir a votar tranquilamente que sí: porque ya lo saben, lo importante es que el PP está contra Catalunya.
Uno de los pasajes más desternillantes es el título sexto, correspondiente a la financiación de la Generalitat. Destaca el artículo 206. En todo el título sexto, no aparece por ningún lado por dónde va a salir esa supuestamente nueva financiación chupiguay para Cataluña (ni puede aparecer, cómo va a aparecer en un marco normativo), pero es particularmente fascinante el epígrafe quinto de este artículo 206:
"El Estado garantizará que la aplicación de los mecanismos de nivelación no altere en ningún caso la posición de Cataluña en la ordenación de rentas per cápita entre las Comunidades Autónomas antes de la nivelación."
La versión catalana tiene un sensible matiz: "L'Estat ha de garantir", está obligado a garantizar. El Estado (o sea, España, un vocablo que apenas aparece en todo el articulado para hacer mención al Banco de España) es un sujeto que, de acuerdo con esa construcción, está sometido a la norma del Estatuto, tal y como observamos en ese artículo. El conjunto del Estado (sic) debe cumplir con una ley aprobada por una instancia supuestamente inferior al Estado (sic). ¿Qué ocurrirá si los presupuestos generales del Estado del año próximo no casan con lo dispuesto en el Estatuto de Autonomía de Cataluña? Que el gobierno central estará incumpliendo las leyes de un gobierno regional, esto es, que exactamente como está diciendo el Partido Popular, el Estatut crea un Estadito soberano dentro del propio Estado, que se convierte en vasallo de aquél.
Según el heroico presidente Rodríguez, lo de la definición de Cataluña como nación es algo simbólico, una exaltación sentimental, nada con validez jurídica, pero en el articulado se aprecian elementos de soberanía (o sea, soberanía nacional) ¡sobre el conjunto de la nación que, dice Rodríguez, sigue siendo la única soberana! Es importante que conozcamos estos pequeños y grandes engaños, pero ya siendo conscientes de ellos, luego podemos ir a votar tranquilamente que sí: porque ya lo saben, lo importante es que el PP está contra Catalunya.