Desde su fundación en 1983, la televisión autonómica pública catalana es un inmenso manual de instrucciones que prescribe, día a día, todo lo que deben hacer, pensar y reprobar los buenos catalanes y todo lo que caracteriza a un mal catalán.
El compendio diario de gilipolleces identitarias con las que nos obsequia TV3 a los que la financiamos alcanza en ocasiones las más altas cotas de basura infecta. La emisión, esta semana, de un reportaje de investigación que demostraba que Cristóbal Colón era catalán (con una señora desconocida que salía y decía: "Jo crec que era català", y esas eran las pruebas) es una de las últimas cantadas ante las que la sociedad catalana se mantiene impasible, sin darle la menor importancia, interiorizando que el nacionalismo catalán tiene que copar todos los elementos de nuestra vida cotidiana, así tiene que ser para siempre y nada se puede ni se debe hacer para evitarlo.
Hay documentales absurdos, pero sin duda uno de los puntos fuertes anuales de TV3 es la retransmisión del GP de España de Fórmula1 para todo el mundo, con realizador de la teva. Los comentaristas de TV3 tienen una forma muy nostrada de hacer sus retransmisiones, pero el realizador Óscar Lago, que lleva desde 1997 ofreciéndonos anualmente una de las peores realizaciones de todo el campeonato del mundo de F1, debería salir por la puerta grande. Un cuarto de hora antes del inicio de la carrera, suena el himno del país que hospeda el Gran Premio. En Montmeló suena el himno español y a continuación el catalán, y a veces en orden inverso. En 1999, mientras sonaba el himno español TV3 ofreció al mundo una inmensa, elefantiasica, bandera independentista catalana. En 2000, mientras sonaba el himno catalán mostró otra inmensa, elefantiasica, pancarta con el famoso lema Catalonia is not Spain (¿no se dice Catalunya en inglés?) de las Juventudes de Convergència, y a continuación dio planos con el helicóptero para evitar que se oyera el himno español. Además, es encomiable la labor ardua del realizador para evitar con sumo cuidado que a lo largo de toda la carrera no se pueda divisar ninguna bandera española en ningún punto del circuito.
Pero lo de este año ya es de recochineo: este sábado, TV3 inició la retransmisión de los entrenamientos oficiales unos minutos antes que Tele5. Justo cuando comenzaba la conexión de Tele5, el realizador de TV3 pinchó un bonito cartel que insultaba a Fernando Alonso y a la cadena de Berlusconi, y concluía con un bello Visca TV3!. Hombre, yo no tengo ninguna simpatía por Tele5, la cadena madre de todas las telebasuras, pero es fascinante hasta dónde se puede llegar jugando con el dinero público en un certamen que se está retransmitiendo a todo el mundo, no sólo a la familia de Antonio Lobato. Podría ir yo mañana con una pancarta cagándome en Mónica Terribas, la entrevistadora de etarras, y dando vivas a Radio Intereconomía, a ver si me pinchan los de TV3. Espero que gane mañana Fernando Alonso, y observaremos con qué nos sorprende TV3 en el momento en que suene el himno español en el podio de Montmeló.
El compendio diario de gilipolleces identitarias con las que nos obsequia TV3 a los que la financiamos alcanza en ocasiones las más altas cotas de basura infecta. La emisión, esta semana, de un reportaje de investigación que demostraba que Cristóbal Colón era catalán (con una señora desconocida que salía y decía: "Jo crec que era català", y esas eran las pruebas) es una de las últimas cantadas ante las que la sociedad catalana se mantiene impasible, sin darle la menor importancia, interiorizando que el nacionalismo catalán tiene que copar todos los elementos de nuestra vida cotidiana, así tiene que ser para siempre y nada se puede ni se debe hacer para evitarlo.
Hay documentales absurdos, pero sin duda uno de los puntos fuertes anuales de TV3 es la retransmisión del GP de España de Fórmula1 para todo el mundo, con realizador de la teva. Los comentaristas de TV3 tienen una forma muy nostrada de hacer sus retransmisiones, pero el realizador Óscar Lago, que lleva desde 1997 ofreciéndonos anualmente una de las peores realizaciones de todo el campeonato del mundo de F1, debería salir por la puerta grande. Un cuarto de hora antes del inicio de la carrera, suena el himno del país que hospeda el Gran Premio. En Montmeló suena el himno español y a continuación el catalán, y a veces en orden inverso. En 1999, mientras sonaba el himno español TV3 ofreció al mundo una inmensa, elefantiasica, bandera independentista catalana. En 2000, mientras sonaba el himno catalán mostró otra inmensa, elefantiasica, pancarta con el famoso lema Catalonia is not Spain (¿no se dice Catalunya en inglés?) de las Juventudes de Convergència, y a continuación dio planos con el helicóptero para evitar que se oyera el himno español. Además, es encomiable la labor ardua del realizador para evitar con sumo cuidado que a lo largo de toda la carrera no se pueda divisar ninguna bandera española en ningún punto del circuito.
Pero lo de este año ya es de recochineo: este sábado, TV3 inició la retransmisión de los entrenamientos oficiales unos minutos antes que Tele5. Justo cuando comenzaba la conexión de Tele5, el realizador de TV3 pinchó un bonito cartel que insultaba a Fernando Alonso y a la cadena de Berlusconi, y concluía con un bello Visca TV3!. Hombre, yo no tengo ninguna simpatía por Tele5, la cadena madre de todas las telebasuras, pero es fascinante hasta dónde se puede llegar jugando con el dinero público en un certamen que se está retransmitiendo a todo el mundo, no sólo a la familia de Antonio Lobato. Podría ir yo mañana con una pancarta cagándome en Mónica Terribas, la entrevistadora de etarras, y dando vivas a Radio Intereconomía, a ver si me pinchan los de TV3. Espero que gane mañana Fernando Alonso, y observaremos con qué nos sorprende TV3 en el momento en que suene el himno español en el podio de Montmeló.