domingo, junio 24, 2007

Como portavoz, Rubalcaba era más bueno


Nunca me han gustado los grandes consensos, los lugares de encuentro donde todos los puntos de vista deben converger y pobre de ti como no te añadas a los abajo firmantes. Por eso no me fío de la actitud del Psoe estos días, cuando pide lealtad y se pone la vena antes que la herida exigiendo que nadie se tome en serio las revelaciones del periódico proetarra Gara.

El caso es que el libelo de los proetarras está diciendo lo que todo el mundo podía imaginarse: que el Psoe ha negociado con Eta antes y después del atentado de la T4 en Madrid, que los términos de la declaración de alto el fuego intermitente estaban pactados bilateralmente entre el gobierno y los terroristas y que hasta la denominación de "accidentes" a los atentados terroristas no era un error del presidente sino en todo caso una traición del subconsciente.

No sé por qué Diego López Garrido hace declaraciones tan patéticas como las de este domingo. Primero, porque lo que está contando el Gara es lo que ya todo el mundo sabía. Segundo, porque los opinólogos, simpatizantes y forofos más recalcitrantes del Psoe asumen perfectamente toda esta historia del proceso de pazzz: a una ignominia como la de pactar con un grupo terrorista las listas que pasan y las listas que no pasan el filtro de la ley de partidos, pueden perfectamente responder la cantinela habitual de su líder cósmico: "Hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano para conseguir la pazzz, como Aznar; además, si la tregua hubiera durado menos ya habríamos tenido muertos". Peligroso argumento, el de atribuírse la ausencia de muertos, pues equivale a asumir los muertos venideros.

Los socialistas de todos los partidos fueron los que se apuntaron a negociar con el crimen organizado antes y después de la declaración de alto el fuego intermitente. No tenían por qué embarcarse en esa historia, salvo por el atractivo que representaba la posibilidad de expulsar al margen del sistema al principal partido de la oposición. Ahora, aquellos con los que han tratado revelan el contenido de sus negociaciones. Que se aguanten, y a mí me da igual que me digan que crispo.