lunes, octubre 08, 2007

Menuda panda




Esta es la imagen del día en Cataluña, al menos según los voceros oficiales: Montilla haciéndose una foto con el resto del tripartito, constructores, promotores inmobiliarios y sindicalistas profesionales. Veo que se ha colado el alcalde de Hospitalet, supongo que en calidad de representante de los especuladores. Al asunto lo han llamado Pacto Nacional de la Vivienda.

El objetivo, hacer que afloren del éter un total de ochocientas mil soluciones habitacionales, ríase usted de las ciento ochenta mil soluciones en cuatro años prometidas por la Ministra Trujillo. La manera, poner en alquiler durante cinco años los pisos vacíos de "zonas céntricas donde la demanda sea mayor que la oferta", tanto si los legítimos propietarios de esos pisos quieren como si no quieren.

La solución al llamado "problema de la vivienda" propuesta por ese estratega económico, ese sagaz pensador, ese deslumbrante orador que es José Montilla parece tan efectiva que hay que ver cómo no se le había ocurrido a nadie antes: para conseguir que aumente la oferta, obliguemos a que aumente. Del dislate no ya económico sino conceptual de este denominado Pacto Nacional no hace falta decir gran cosa, más allá de que queda confirmado una vez más que los catalanes estamos gobernados por una pléyade de comunistas. Me asaltan varias dudas, pero querría que alguno de los plumillas que hoy están alabando esta futura ley catalana de la vivienda preguntase al Honorable si, cuando obliguen a alguien a poner en alquiler su piso, van a fijarle también el precio o, por el contrario, podrá establecer el propietario un alquiler lo suficientemente alto (diez mil euros al mes, por ejemplo) para evitar que nadie esté dispuesto a aceptarlo, manteniendo así el piso sin alquilar y dejando sin efecto el objetivo principal de esta ley.

Lo primordial aquí no es, pues, que esta ley vaya a resolver o complicar nada, puesto que al final será una gilipollez sin consecuencias y como tal va a pasar a engordar la lista de gilipolleces políticas catalanas. Lo verdaderamente importante es esa foto, y la importancia que los medios catalanes han dado a esa foto. Empresarios, sindicalistas y periodistas catalanes rindiendo pleitesía al poder, tragando con cualquier cosa disfrazada de sesuda disquisición política, de la misma manera que han tragado con todo en los últimos treinta años. Qué cara más dura tienen, y qué orgullo vivir al margen de toda esa mierda.


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Y por cierto, el Pacte Nacional de l'Habitatge, ni es pacto, porque deja fuera al partido con más diputados en el Parlamento de Cataluña, ni por supuesto es nacional. Sobre este último punto no deja de ser interesante que Ciutadans lo apoye.