sábado, agosto 09, 2008
Si hoy es día 9, los socialistas son unos mentirosos
El parón estival le permite a uno estar feliz y lejos, que es lo mismo. Aquí, desde el culo del mundo, las escasas noticias que recibo de Barcelona se me antojan más ridículas y ombliguistas que nunca, perfectamente autosubsistentes. Parece ser que hoy es 9 de agosto, y eso por lo visto es algo gravísimo: "¡Los socialistas han traicionado a los catalanes!", braman estos días los socialistas catalanes. Lo dicen de otra manera, más sibilina, pero todas sus declaraciones desde hace un mes quieren expresar eso: los socialistas han traicionado a los catalanes, y lo dicen los socialistas catalanes sin que se les caiga la cara de vergüenza.
Hace hoy exactamente dos años, entró en vigor el nuevo Estatuto de Cataluña. Entre las disposiciones más divertidas del texto, estaba el hecho de que la Comunidad Autónoma de Cataluña concediera al Estado español un plazo de dos años para que se gestase un nuevo sistema de financiación autonómica (esto es, un acuerdo sobre los impuestos que debe recaudar el Estado y los que debe recaudar la Comunidad Autónoma) y que ese nuevo sistema fuese aprobado tras un acuerdo bilateral Cataluña-España, con o sin concurso de las demás comunidades autónomas. El plazo expira hoy y no hay tal acuerdo.
Sin duda, aprobar algo con una fecha límite 9 de agosto, siendo como somos los españoles y estando casi todos (empezando por los ministros) retozando en la playa o en la montaña, ya da una idea de lo difícil del cumplimiento del plazo. Pero si además a ello añadimos el increíble escenario jurídico en el que una comunidad autónoma, es decir, una institución de rango obviamente inferior al conjunto del Estado, concede a todo el Estado un plazo para aprobar algo que además afecta al resto de comunidades, está claro que las condiciones son de difícil cumplimiento.
Durante años, el Partido Popular (ni eso, una parte del Partido Popular), junto con cuatro pesados que bien cabríamos en un ascensor, ha estado predicando en el desierto sobre la gilipollez que representa el Estatuto de Cataluña, sobre su desternillante redactado y sobre la flagrante reforma encubierta de la Constitución que significa. El resto de partidos catalanes, el 99% de los sindicatos, asociaciones, plataformas cívicas, hojas parroquiales y otros órganos constitucionales de representación popular han acusado noche y día al PP de anticatalán, de estar en contra de Cataluña, de hay que ver cómo odian a Cataluña, de que si gana Zapatero gana Cataluña, y patatín y patatán. Y ahora resulta que llega el 9 de agosto y lo que el PP venía proclamando desde hace dos años es cierto: los socialistas han engañado a los catalanes y el Estatuto es tan patético que, ni aunque se quiera, se puede cumplir. Como el ministro Solbes no está empadronado en Cataluña, no tiene por qué estar sometido al Estatuto. Y santas pascuas.
Por lo visto, hoy habrá una escenificación de protesta contra el gobierno socialista de Madrid promovido por el gobierno socialista de Barcelona. Hace falta tener la cara de cemento. Ya se apañarán. Pero que no se preocupen los del PSC si que alguna fracción significativa de ciudadanos va a castigar electoralmente a los socialistas por sus continuas mentiras, engaños y acusaciones de anticatalanismo: en los últimos tiempos los catalanes ya llevamos un largo historial que demuestra que somos capaces de tragar absolutamente con todo, todo, todo. Ahí tienen a la ministra Álvarez manteniendo su cargo tras el 9-M.