En julio de 1997, salió a la luz un escándalo de pederastia en el barrio barcelonés del Raval. Durante varios días, el asunto copó los titulares de los periódicos y las cabeceras de los informativos, se publicó la lista de acusados de pederastia, se detallaron numerosas prácticas pedófilas, se habló de la existencia de fotos y vídeos, de redes organizadas. Las pruebas presentadas, los testimonios de algunos niños.
Era todo falso.
En marzo de 2001, medio mundo quedó conmocionado durante varios días al conocerse la existencia de un barco cargado de niños esclavos frente a las costas de Gabón, adonde se dirigían unas 200 criaturas, enviadas para trabajar como esclavos en las peores condiciones imaginables. Las pruebas presentadas, unas palabras de la Ministra de Protección Social de Benín.
Era todo falso.
En noviembre de 2005, un periódico nacional cita a un periódico local de Mallorca, que meses atrás afirmó que la CIA utiliza el aeropuerto de Palma para transportar o recoger acusados de terrorismo internacional. Las pruebas presentadas, una foto de un avión despegando.
Sólo querría que, al contrario de lo que sucedió con los pederastas imaginarios y los niños esclavos imaginarios, se utilice el mismo tamaño de letra y el mismo minutaje televisivo si se desmiente el caso de los espías imaginarios.
Era todo falso.
En marzo de 2001, medio mundo quedó conmocionado durante varios días al conocerse la existencia de un barco cargado de niños esclavos frente a las costas de Gabón, adonde se dirigían unas 200 criaturas, enviadas para trabajar como esclavos en las peores condiciones imaginables. Las pruebas presentadas, unas palabras de la Ministra de Protección Social de Benín.
Era todo falso.
En noviembre de 2005, un periódico nacional cita a un periódico local de Mallorca, que meses atrás afirmó que la CIA utiliza el aeropuerto de Palma para transportar o recoger acusados de terrorismo internacional. Las pruebas presentadas, una foto de un avión despegando.
Sólo querría que, al contrario de lo que sucedió con los pederastas imaginarios y los niños esclavos imaginarios, se utilice el mismo tamaño de letra y el mismo minutaje televisivo si se desmiente el caso de los espías imaginarios.