No coincido con la opinión generalizada que asegura que una alta abstención beneficia siempre al Pp y una alta participación beneficia siempre al Psoe. La participación en las elecciones generales de 2004 (el ejemplo más habitual para sostener esa afirmación) fue altísima y sin duda los atentados del 11-M movilizaron a mucha gente a las urnas, pero ello no necesariamente quiere decir que todos los abstencionistas dormidos que acudieron a los colegios lo hicieran para votar a la izquierda. Una alta participación en Cataluña es un síntoma inequívoco, a criterio de Ana Botella, de un mal resultado para el Pp, pero las elecciones autonómicas con mayor participación (1995) se correspondieron con el mejor resultado del Pp catalán porque logró movilizar a su electorado, y no precisamente con centrismo y visiones reformistas, como le llaman ahora. En cambio, no parece que en las últimas convocatorias de referendum sobre el estatuto (2006), autónomicas (2006) y municipales (2007), caracterizadas todas ellas por una abstención histórica, hayan sido un camino de rosas para los conservadores catalanes.
Yo creo que a los partidos políticos las cosas le van bien cuando defienden sus convicciones, no se disfrazan de lo que no son y no se ponen de perfil. Por eso, yo creo que el Partido Popular tiene que defender los principios en los que cree y en los que creen sus potenciales votantes, sin miedo a que, ahora que la victoria puede estar cerca, le llamen fascista los que llevan cuatro años pactando con los fascistas. Y por eso veo como un gran error, un patético error, el papel de don Manuel Pizarro ayer.
Pizarro dijo la verdad sobre la situación económica española, cierto. Solbes, en cambio, utilizó una técnica que los físicos conocemos muy bien: dame un número suficientemente alto de parámetros (en este caso parámetros macroeconómicos), y te demuestro lo que sea, o te refuto lo que sea. Las cifras de Solbes eran un poco extrañas, sin ir más lejos dijo varias veces que los socialistas habían ganado las elecciones en 2003, así que si todos sus números tenían el mismo rigor, apañados estamos: afirmó, por ejemplo, que gracias al Psoe el salario medio de los españoles ha subido en esta legislatura de 18500 a 23500 euros, lo cual si no me equivoco son 1250 euros más cada año.
No me quejo de que Pizarro estuviera más nervioso que Solbes y quedara peor ante las cámaras. Me quejo de que cuando Solbes soltó la burricie de que bajar impuestos es malo porque beneficia a los ricos, o cuando dijo que qué horrible pecado defender un sistema de pensiones basado en la capitalización, Pizarro calló. Pizarro no quiso defender el liberalismo económico frente a la socialdemocracia, por miedo a que le llamaran fascista. Y la verdad, no cuesta tanto decir que el Partido Popular defiende las rebajas de impuestos y la devolución a la sociedad civil de responsabilidades que no tiene por qué asumir el sector público porque es más eficiente y más justo, y porque beneficia a los que trabajan, a los que trabajan de verdad sean ricos o pobres, a los que trabajan y pagan con sus impuestos los subsidios que sirven para mantener a los vagos enganchados a la ubre de papá Estado. País.
Yo creo que a los partidos políticos las cosas le van bien cuando defienden sus convicciones, no se disfrazan de lo que no son y no se ponen de perfil. Por eso, yo creo que el Partido Popular tiene que defender los principios en los que cree y en los que creen sus potenciales votantes, sin miedo a que, ahora que la victoria puede estar cerca, le llamen fascista los que llevan cuatro años pactando con los fascistas. Y por eso veo como un gran error, un patético error, el papel de don Manuel Pizarro ayer.
Pizarro dijo la verdad sobre la situación económica española, cierto. Solbes, en cambio, utilizó una técnica que los físicos conocemos muy bien: dame un número suficientemente alto de parámetros (en este caso parámetros macroeconómicos), y te demuestro lo que sea, o te refuto lo que sea. Las cifras de Solbes eran un poco extrañas, sin ir más lejos dijo varias veces que los socialistas habían ganado las elecciones en 2003, así que si todos sus números tenían el mismo rigor, apañados estamos: afirmó, por ejemplo, que gracias al Psoe el salario medio de los españoles ha subido en esta legislatura de 18500 a 23500 euros, lo cual si no me equivoco son 1250 euros más cada año.
No me quejo de que Pizarro estuviera más nervioso que Solbes y quedara peor ante las cámaras. Me quejo de que cuando Solbes soltó la burricie de que bajar impuestos es malo porque beneficia a los ricos, o cuando dijo que qué horrible pecado defender un sistema de pensiones basado en la capitalización, Pizarro calló. Pizarro no quiso defender el liberalismo económico frente a la socialdemocracia, por miedo a que le llamaran fascista. Y la verdad, no cuesta tanto decir que el Partido Popular defiende las rebajas de impuestos y la devolución a la sociedad civil de responsabilidades que no tiene por qué asumir el sector público porque es más eficiente y más justo, y porque beneficia a los que trabajan, a los que trabajan de verdad sean ricos o pobres, a los que trabajan y pagan con sus impuestos los subsidios que sirven para mantener a los vagos enganchados a la ubre de papá Estado. País.