La verdad es que cuando recuerdo las pintadas que, allá por el año 2002 en las calles de Tortosa, pedían que Eta matara a los concejales del Pp en las Terres de l'Ebre que se mostrasen favorables al Plan Hidrológico Nacional (pintadas que fueron eficazmente silenciadas por Tv3 y por los nacionalistas de todos los partidos), no sé cómo no se le ocurrió a Aznar cambiarle el nombre al PHN y llamarlo algo así como "Captación temporal de agua". Porque a la vista de los acontecimientos, nuestros padres de la patria, ecocomunista Joan Saura incluído, tienen decidido llevar a cabo una captación temporal de agua (que no trasvase) desde la cuenca del río Segre hacia la del río Llobregat, para abastecer a los ciudadanos del área metropolitana de Barcelona.
Que nadie acuse al tripartito catalán de tener planeado un trasvase de agua del Ebro: primero, porque no es un trasvase sino una captación temporal de agua, y segundo porque no es el Ebro sino un afluente del Ebro.
Si no entiendo mal, el gobierno catalán entiende que esto de sacar agua sobrante de un río está muy pero que muy mal excepto si toda el agua sobrante se queda en Cataluña. Esto es, lo malo del Plan Hidrológico Nacional es que era Nacional, y preveía el transporte de agua desde las tierras del Ebro hacia Barcelona pero también hacia Valencia, Murcia y Almería, para fomentar la especulación inmobiliaria, los campos de golf y no sé qué historias más. Lo bueno de la captación temporal de agua, en cambio, es que toda el agua captada se queda en casa. Porque el nacionalismo catalán está presente en todo, y si considera que el agua que pasa por Cataluña es exclusivamente suya, suya es. Con casos como este, no puedo evitar recordar a los campesinos bolivianos que creen genuina, mágicamente suyos los trescientos mil millones de pies cúbicos de gas natural del subsuelo de su país.
Y pensar que hace cuatro días oíamos que se'ns mor l'Ebre, que lo riu és vida, que sí a una nova cultura de l'aigua, que no al transvasament, que no pasarán, y resulta que los mismos que se presentaron a las elecciones proclamando que iban a parar el plan hidrológico y a blindar el Ebro, ahora hablan de captación temporal de agua. Y la misma sociedad civil que otrora protestó agriamente, ahora calladita, que si tú no vas ellos vuelven. A ver si hay suerte y sigue sin llover como mínimo hasta octubre desde el límite entre las provincias de Tarragona y Castellón hacia arriba. Es lo mínimo que nos merecemos.
Que nadie acuse al tripartito catalán de tener planeado un trasvase de agua del Ebro: primero, porque no es un trasvase sino una captación temporal de agua, y segundo porque no es el Ebro sino un afluente del Ebro.
Si no entiendo mal, el gobierno catalán entiende que esto de sacar agua sobrante de un río está muy pero que muy mal excepto si toda el agua sobrante se queda en Cataluña. Esto es, lo malo del Plan Hidrológico Nacional es que era Nacional, y preveía el transporte de agua desde las tierras del Ebro hacia Barcelona pero también hacia Valencia, Murcia y Almería, para fomentar la especulación inmobiliaria, los campos de golf y no sé qué historias más. Lo bueno de la captación temporal de agua, en cambio, es que toda el agua captada se queda en casa. Porque el nacionalismo catalán está presente en todo, y si considera que el agua que pasa por Cataluña es exclusivamente suya, suya es. Con casos como este, no puedo evitar recordar a los campesinos bolivianos que creen genuina, mágicamente suyos los trescientos mil millones de pies cúbicos de gas natural del subsuelo de su país.
Y pensar que hace cuatro días oíamos que se'ns mor l'Ebre, que lo riu és vida, que sí a una nova cultura de l'aigua, que no al transvasament, que no pasarán, y resulta que los mismos que se presentaron a las elecciones proclamando que iban a parar el plan hidrológico y a blindar el Ebro, ahora hablan de captación temporal de agua. Y la misma sociedad civil que otrora protestó agriamente, ahora calladita, que si tú no vas ellos vuelven. A ver si hay suerte y sigue sin llover como mínimo hasta octubre desde el límite entre las provincias de Tarragona y Castellón hacia arriba. Es lo mínimo que nos merecemos.