jueves, julio 17, 2008

Los autonómicos




Mariano Ozores era un visionario. Junto a los libros Lo que queda de España de Federico Jiménez-Losantos y Amarás a tu tribu de Aleix Vidal-Quadras, la excepcional cinta Los autonómicos del clan Ozores es una producción obligada para cualquiera que desee conocer a fondo qué es el nacionalismo periférico español y para qué diantre sirve el Estado de las autonomías. Y no, no es ninguna broma de las mías ni ninguna ironía.

Estos días asistimos a la enésima renovación del sistema de financiación autonómica. Allá por 1993 y forzado por la necesidad de establecer pactos postelectorales, Felipe González tuvo que acordar con Pujol la cesión a las comunidades autónomas del 15% de la recaudación del IRPF. Aquello fue justa y ferozmente criticado por la oposición, pero tres años más tarde y forzado por la necesidad de establecer pactos postelectorales, José María Aznar (ese, por cierto, que dice ahora que el nuevo PP no es como era el suyo) tuvo que acordar con Pujol la cesión a las comunidades autónomas del 30% de la recaudación del IRPF. En 2002 y ya sin ninguna necesidad, sino por un supuesto ánimo de caer bien al nacionalismo, Aznar (sí sí, ese que dice ahora que el nuevo PP no es como era el suyo) acordó con Pujol la cesión a las comunidades autónomas del 33% de la recaudación del IRPF, junto con el IVA y alguna cosilla más.

Y hete aquí que una vez más hay que renovar el sistema de financiación autonómica, y ahora el gobierno, de entrada, afirma que está dispuesto a traspasar el 50% del IRPF a las comunidades autónomas, supongo que para que todos puedan apuntarse a la fiesta del gasto público y convertir definitivamente el estado autonómico en una inmensa agencia de colocación. No deja de ser curioso que, tras cada revisión del sistema, el traspaso de recaudación a las autonomías sea unidireccional, siempre aumente y nunca disminuya. Debe ser una confirmación del segundo principio de la termodinámica.