Como todos ustedes saben a estas alturas, España no ha sido invitada a una reunión en la que jefes de gobierno de veinte países van a discutir posibles soluciones a la historia esta de la crisis financiera.
Al margen de la manifiesta inutilidad de este tipo de reuniones (porque es muy triste que los principales mandatarios mundiales valoren si sus decisiones son acertadas o no en función de la respuesta bursátil a muy corto plazo), no sé por qué el presidente del gobierno se sorprende de que Bush no lo invite. No lo digo por la foto de más arriba, claro. Zapatero no debe sorprenderse porque toda la crisis mundial es culpa de los Estados Unidos. Por tanto, consecuentemente, España ahí no pinta nada, dado que nosotros no somos responsables de nada.
España, como certeramente apreció José Luis Rodríguez Zapatero, juega en la championlí de la economía mundial. Los del G-20, en cambio, tendrán que conformarse con organizar una cumbre.
Al margen de la manifiesta inutilidad de este tipo de reuniones (porque es muy triste que los principales mandatarios mundiales valoren si sus decisiones son acertadas o no en función de la respuesta bursátil a muy corto plazo), no sé por qué el presidente del gobierno se sorprende de que Bush no lo invite. No lo digo por la foto de más arriba, claro. Zapatero no debe sorprenderse porque toda la crisis mundial es culpa de los Estados Unidos. Por tanto, consecuentemente, España ahí no pinta nada, dado que nosotros no somos responsables de nada.
España, como certeramente apreció José Luis Rodríguez Zapatero, juega en la championlí de la economía mundial. Los del G-20, en cambio, tendrán que conformarse con organizar una cumbre.