Qué gran orador perdió Roma, nadie hubiera evocado las Catilinarias mejor que él. Qué excelso negociador ha perdido la diplomacia internacional para mediar el conflicto árabe-israelí. Qué amueblado cerebro, cuya inteligencia bien podría servir a la teoría de juegos en la estrategia militar.
Joan Tardà i Coma debe haberse visto obligado a renunciar a superiores responsabilidades, para las que sin duda estaría capacitado, y ha sacrificado su talento en pro de la patria, siendo un vulgar diputado de ERC en el Congreso. Resulta que el señor Tardà tuvo a buen avenir pedirle ayer al minijtro de Defensa que el ejército español no interviniere ante una hipotética declaración de secesión por parte de la Comunidad Autónoma de Cataluña.
Este giliputiense pretende dar un doble salto mortal con tirabuzón y medio: en primer lugar, desea que los soldados españoles que actualmente se encuentran en Cataluña, la gran mayoría de ellos catalanes, atraviesen la frontera entre Tarragona y Castellón para que el enclave onírico de Carod y los suyos esté libre de ejércitos opresores. Hasta aquí, era algo conocido. Pero además, en segundo lugar quiere que esos mismos soldados no acudan después a cumplir el mandato constitucional, aduciendo este bello motivo:
"Quiero aprovechar para instarles a modificar la Constitución [...] para no utilizar al ejército contra un pueblo que libre y democráticamente decide su destino."
Que no te enteras, Tardà. En los estados garantistas, el ejército está para salvaguardar el sistema de libertades. El pueblo ya decide, cada cuatro años, libre y democráticamente su destino, y la mayoría de ciudadanos de Cataluña elegimos estar adscritos al único sistema constitucional que garantiza nuestros derechos y libertades. Los únicos que quieren eliminar tales decisiones libres y democráticas son aquellos que pretenden hacer creer a la ciudadanía (y cada vez con mayor éxito) que se es más libre en una nación asentada sobre sentimientos viscerales y criterios hitlerianos de homogeneidad de la lengua y cultura. O sea, los tuyos, Tardà.
Tal vez, inefable Tardà, en lugar de campar por el Congreso de los Diputados diciendo bobadas, deberías considerar la oportunidad de regresar a tu instituto de Cornellà, para volver a dar clases de catalán y volver a regalar aprobados a individuos con un intelecto similar al tuyo.
Joan Tardà i Coma debe haberse visto obligado a renunciar a superiores responsabilidades, para las que sin duda estaría capacitado, y ha sacrificado su talento en pro de la patria, siendo un vulgar diputado de ERC en el Congreso. Resulta que el señor Tardà tuvo a buen avenir pedirle ayer al minijtro de Defensa que el ejército español no interviniere ante una hipotética declaración de secesión por parte de la Comunidad Autónoma de Cataluña.
Este giliputiense pretende dar un doble salto mortal con tirabuzón y medio: en primer lugar, desea que los soldados españoles que actualmente se encuentran en Cataluña, la gran mayoría de ellos catalanes, atraviesen la frontera entre Tarragona y Castellón para que el enclave onírico de Carod y los suyos esté libre de ejércitos opresores. Hasta aquí, era algo conocido. Pero además, en segundo lugar quiere que esos mismos soldados no acudan después a cumplir el mandato constitucional, aduciendo este bello motivo:
"Quiero aprovechar para instarles a modificar la Constitución [...] para no utilizar al ejército contra un pueblo que libre y democráticamente decide su destino."
Que no te enteras, Tardà. En los estados garantistas, el ejército está para salvaguardar el sistema de libertades. El pueblo ya decide, cada cuatro años, libre y democráticamente su destino, y la mayoría de ciudadanos de Cataluña elegimos estar adscritos al único sistema constitucional que garantiza nuestros derechos y libertades. Los únicos que quieren eliminar tales decisiones libres y democráticas son aquellos que pretenden hacer creer a la ciudadanía (y cada vez con mayor éxito) que se es más libre en una nación asentada sobre sentimientos viscerales y criterios hitlerianos de homogeneidad de la lengua y cultura. O sea, los tuyos, Tardà.
Tal vez, inefable Tardà, en lugar de campar por el Congreso de los Diputados diciendo bobadas, deberías considerar la oportunidad de regresar a tu instituto de Cornellà, para volver a dar clases de catalán y volver a regalar aprobados a individuos con un intelecto similar al tuyo.
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Freaks
El diario gratuito 20 minutos viene incorporando desde hace unos días, en su edición de Barcelona, mensajes en los que los lectores sugieren las palabras más bonitas que conocen. Aparece hoy el siguiente texto:
Tras una encuesta en la que hemos participado 25 estudiantes, [de Física] hemos considerado que las mejores palabras son: spin, covariantizar, redshiftado, trivial y pi.
Por si alguien lo duda, uno de los encuestados he sido yo.
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Por si alguien lo duda, uno de los encuestados he sido yo.