Es saludable que la banda terrorista ETA anuncie un alto el fuego permanente, claro. Pero como es PERMANENTE, no hace falta ya ninguna concesión a cambio: es permanente, se ha acabado, y por lo tanto, ninguna excepcionalidad en el normal funcionamiento de las instituciones y de la aplicación de la ley es necesaria. Permanente, ergo se acabó el problema de forma permanente. Ningún pago como agradecimiento, pues. Y ninguna indulgencia lacrimógena hacia los terroristas.