lunes, marzo 06, 2006

La gran mentira de la ley de dependencia


Es significativo que el mayor logro que promociona el gobierno de Rodríguez es la ley de dependencia: una ley que todavía no existe y que, por lo que vamos sabiendo, será una gran entelequia abstracta.

Si me creo lo que se ha explicado en los múltiples actos organizados por el Adolescente en los últimos días, esta nueva ley "incrementará el empleo, creará actividad económica y reconocerá importantes actividades de ayuda a las personas dependientes que redundarán en el mayor crecimiento del país", "vamos a ver cambios sustanciales en la forma de funcionar de la sociedad", "dará mejor formación a los ciudadanos".

La piedra filosofal, oiga. El caso es que nadie explica en qué consistirá realmente la ley, probablemente porque no consistirá en nada. Si se trata de subvencionar a las personas que tengan a un disminuído psíquico o físico a su cargo, al margen de que estas ayudas ya existen en la actualidad ya sabemos cuáles serán las maravillosas consecuencias para el empleo, la actividad económica y, sobre todo, la prevención del fraude. Pero sospecho que ni eso. Son significativas las palabras de la Ministra de Heducazión, con su habitual oratoria: "Se va a crear una situación que no va a ser sólo este año, cuando se presenta y se discute en el Parlamento, sino, sobre todo, en los próximos años". O sea, ahora no notaremos cambios, ya los notaremos, ya, a su debido tiempo.

Rogaría a la agrupación socialista de la Red que pusiera en mi conocimiento esos nuevos "cambios sustanciales en la forma de funcionar de la sociedad", ya que no conozco otro contenido posible en el redactado de la ley que los vacíos y las vaguedades habituales. Este fin de semana, Mariano Rajoy ha sentado las bases del cambio sustancial que sí necesita España: otro gobierno, formado por personas con estudios, con principios, con ideas y sin tacticismos estúpidos, ni pobreza intelectual ni autobombo sobre la nada, que se dedique a gobernar seriamente y no a hacer el capullo.