La verdad es que a mí me da lo mismo que el presidente Rodríguez no haya estado en el debate sobre el estatuto de Cataluña. No importa lo más mínimo que no haya intervenido: vacías son sus frases, ergo no hemos notado diferencia alguna.
Lo grave es que el debate no se ha retransmitido por Televisión Española, como suele ser habitual en sesiones de especial trascendencia en el Congreso de los Diputados. Zapatero no ha querido asistir, pero los ciudadanos no han podido.
Lo grave es que el debate no se ha retransmitido por Televisión Española, como suele ser habitual en sesiones de especial trascendencia en el Congreso de los Diputados. Zapatero no ha querido asistir, pero los ciudadanos no han podido.
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Una de las numerosas perlas del texto aprobado exuda que los símbolos nacionales que tenemos los catalanes son la bandera, el himno y la fiesta. ¡Graso error, señores! Los verdaderos símbolos de la nación catalana son un club que es más que un club, una danza circular que es más que una danza circular, y una caja de ahorros que es mucho más que una caja de ahorros.