Uno de los representantes de la izquierda caviar del PSC en el Parlament de Catalunya es Joan Ferran, un señor nacionalista al que la inmensa mayoría españolista de sus votantes no conoce ni quiere conocer.
El señor Ferran es un tipo con cara de pillo que se sienta detrás de Maragall en el hemiciclo y aparece tras él en el tiro de cámara de TV3 en las sesiones de control. A medida que Maragall va respondiendo sus gilichorradas, Ferran sale detrás asintiendo con la cabeza, mascando chicle y haciendo extrañas muecas al grupo parlamentario popular.
Esta semana ha habido un casi imperceptible revuelo acerca de la intervención de Zaplana en el Congreso de los Diputados: Zaplana se quejó de que la vicepresidenta no contesta nunca a las preguntas en las sesiones de control, y le recriminó que se hubiera disfrazado en Mozambique. ¡Machista, machista!, chirrió el Sistema.
Sorprendemente, nadie chirrió cuando el señor Ferran, de currículum desconocido, le espetó (entre demagogia y demagogia estatutaria) esto a la diputada del PP Dolors Nadal en la comisión constitucional, esta misma semana:
"He oído a la señora Nadal referirse en sus primeras palabras a los vicios de inconstitucionalidad que hay en el Estatuto. ¿Sabe lo que le pasa, señora Nadal? Usted es virtuosa en Madrid y viciosa en Barcelona, porque en Barcelona votó estos vicios; su grupo votó este título de forma entusiasta con alguna pequeña abstención."
"Señora Nadal, tendremos que quedar un día de estos a comer -ya pago yo-, porque usted no es la que conocí en Barcelona; me la han cambiado."
Pues eso: ¡Machista, machista! ¡Que abandonen el pleno las diputadas del PP!
El señor Ferran es un tipo con cara de pillo que se sienta detrás de Maragall en el hemiciclo y aparece tras él en el tiro de cámara de TV3 en las sesiones de control. A medida que Maragall va respondiendo sus gilichorradas, Ferran sale detrás asintiendo con la cabeza, mascando chicle y haciendo extrañas muecas al grupo parlamentario popular.
Esta semana ha habido un casi imperceptible revuelo acerca de la intervención de Zaplana en el Congreso de los Diputados: Zaplana se quejó de que la vicepresidenta no contesta nunca a las preguntas en las sesiones de control, y le recriminó que se hubiera disfrazado en Mozambique. ¡Machista, machista!, chirrió el Sistema.
Sorprendemente, nadie chirrió cuando el señor Ferran, de currículum desconocido, le espetó (entre demagogia y demagogia estatutaria) esto a la diputada del PP Dolors Nadal en la comisión constitucional, esta misma semana:
"He oído a la señora Nadal referirse en sus primeras palabras a los vicios de inconstitucionalidad que hay en el Estatuto. ¿Sabe lo que le pasa, señora Nadal? Usted es virtuosa en Madrid y viciosa en Barcelona, porque en Barcelona votó estos vicios; su grupo votó este título de forma entusiasta con alguna pequeña abstención."
"Señora Nadal, tendremos que quedar un día de estos a comer -ya pago yo-, porque usted no es la que conocí en Barcelona; me la han cambiado."
Pues eso: ¡Machista, machista! ¡Que abandonen el pleno las diputadas del PP!
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Yo al principio era un adicto a Libertad Digital. Me fui desentendiendo con el tiempo y les cogí algo de manía, tal vez porque ahí escriben liberales y "libegales": que yo sepa un liberal es siempre contrario a las concesiones administrativas de licencias para radio y televisión.
Por parodiarlos, y porque quizás será divertido, tal vez inauguremos pronto la sección "Diálogos con el pedante", donde las preguntas no irán dirigidas a César Vidal o a FJL sino a mi inmodesta persona.
Por parodiarlos, y porque quizás será divertido, tal vez inauguremos pronto la sección "Diálogos con el pedante", donde las preguntas no irán dirigidas a César Vidal o a FJL sino a mi inmodesta persona.