En la tarde del 12 de marzo de 2004, el vicepresidente del gobierno y el presidente del Pp catalán fueron abucheados, insultados, zarandeados y amenazados por la chusma en la manifestación en repulsa por los atentados del día anterior en Madrid.
La chusma reaccionaba así, teledirigida por el Psoe y todos sus satélites, entre cuyos objetivos figuraba entonces vincular al presidente del Gobierno con el delito más grave castigado por el código penal: el asesinato.
Ayer, y dado que la chusma no existe sólo en Cataluña (ni mucho menos), una panda de imbéciles insultó a los concejales del Psoe de Madrid que intentaban guardar cinco escrupulosos minutos de silencio ante el ayuntamiento de la capital. No pudieron. Los insultos y los gritos de "Zapatero asesino" lo impidieron. Si no lo dice nadie, ya lo digo yo: son unos sinvergüenzas, unos carroñeros, no son capaces de guardar unos minutos de silencio en recuerdo de un guardia civil porque están demasiado ocupados imputando crímenes al presidente del gobierno, en análoga exhibición de necrofilia a la mostrada por Zapatero hace cuatro años.
Yo creo en el individuo y rechazo cualquier muestra de populismo tumultuoso, que se ampara en la muchedumbre para gritarle a Pedro Zerolo. Mis respetos están con las víctimas y sus familias. Los sinvergüenzas estos que, en lugar de estar trabajando, se dedican a boicotear concentraciones en repulsa de un atentado (¡y que critican que el Partido Popular acuda!), al menos demuestran que los catalanes somos exactamente iguales que el resto de los españoles, y no hay ningún hecho diferencial. Que les zurzan.
La chusma reaccionaba así, teledirigida por el Psoe y todos sus satélites, entre cuyos objetivos figuraba entonces vincular al presidente del Gobierno con el delito más grave castigado por el código penal: el asesinato.
Ayer, y dado que la chusma no existe sólo en Cataluña (ni mucho menos), una panda de imbéciles insultó a los concejales del Psoe de Madrid que intentaban guardar cinco escrupulosos minutos de silencio ante el ayuntamiento de la capital. No pudieron. Los insultos y los gritos de "Zapatero asesino" lo impidieron. Si no lo dice nadie, ya lo digo yo: son unos sinvergüenzas, unos carroñeros, no son capaces de guardar unos minutos de silencio en recuerdo de un guardia civil porque están demasiado ocupados imputando crímenes al presidente del gobierno, en análoga exhibición de necrofilia a la mostrada por Zapatero hace cuatro años.
Yo creo en el individuo y rechazo cualquier muestra de populismo tumultuoso, que se ampara en la muchedumbre para gritarle a Pedro Zerolo. Mis respetos están con las víctimas y sus familias. Los sinvergüenzas estos que, en lugar de estar trabajando, se dedican a boicotear concentraciones en repulsa de un atentado (¡y que critican que el Partido Popular acuda!), al menos demuestran que los catalanes somos exactamente iguales que el resto de los españoles, y no hay ningún hecho diferencial. Que les zurzan.