La víspera de San Juan es uno de los momentos más despreciables del año y que mejor retratan lo que es realidad España.
Cada año, centenares de miles de bípedos dedican unas horas de su vida a lanzar con supuesta gracia petardos y cohetes, antes de ir adentrándose escalonadamente en un profundo estado de intoxicación etílica a medida que avanzan las horas. Los artículos pirotécnicos son, probablemente, una de las maneras más grotescas de tirar el dinero, junto con jugar al cupón de la ONCE y leer el Código da Vinci.
Yo, como vivo en un barrio de tercera, no puedo evitar oír los persistentes petardos que mis estúpidos conciudadanos están empezando a lanzar. Mientras escribo estas líneas, me entran unas ganas intensas de responder con un poco de napalm a los que están perturbando mi ánimo al jugar con sus petarditos. A ver si les explota alguno en las gónadas.
Cada año, centenares de miles de bípedos dedican unas horas de su vida a lanzar con supuesta gracia petardos y cohetes, antes de ir adentrándose escalonadamente en un profundo estado de intoxicación etílica a medida que avanzan las horas. Los artículos pirotécnicos son, probablemente, una de las maneras más grotescas de tirar el dinero, junto con jugar al cupón de la ONCE y leer el Código da Vinci.
Yo, como vivo en un barrio de tercera, no puedo evitar oír los persistentes petardos que mis estúpidos conciudadanos están empezando a lanzar. Mientras escribo estas líneas, me entran unas ganas intensas de responder con un poco de napalm a los que están perturbando mi ánimo al jugar con sus petarditos. A ver si les explota alguno en las gónadas.