Se dan por terminadas las vacaciones cuando asoma ese topicazo horroroso del síndrome postvacacional, una forma rococó de decir que la gente vuelve cabreada al trabajo. Yo considero que el común de los mortales ha finalizado sus vacaciones y vuelve a la normalidad cuando regresa a las pantallas el programa de María Progresa Campos. Y hoy ha vuelto amenazando con crear su propio blog, culpando a Bush de los saqueos en Nueva Orleans y con María Antonia Iglesias criticando la chaqueta de Rajoy. Sí, han leído bien: el buñuelo atómico hablando de estética.
El caso es que un día que debería haber sido recordado tan sólo por el retorno de María Progresa Campos, y todo lo que ello comporta para nuestros próximos diez meses de existencia, ha acabado convirtiéndose en el día en que Gas Natural monta su OPA para quedarse con el 100% de Endesa. Lo cual, dicho en román paladino, quiere decir que Endesa, participada significativamente por La Caixa, pasará a ser propiedad de Gas Natural, cuyos principales accionistas son La Caixa y Repsol (que, a su vez, tiene como principal accionista a La Caixa).
Qué bonito resulta vivir en un país en el que el principal grupo energético, la principal concesionaria de autopistas o la principal compañía telefónica son propiedad de una caja de ahorros, esto es, propiedad de una institución ineludiblemente vinculada a la administración. ¿Por qué las cajas de ahorros, elementos siempre estratégicos del poder político de turno, pueden comprar lo que quieran pero nada ni nadie puede comprar las cajas de ahorros?
El caso es que un día que debería haber sido recordado tan sólo por el retorno de María Progresa Campos, y todo lo que ello comporta para nuestros próximos diez meses de existencia, ha acabado convirtiéndose en el día en que Gas Natural monta su OPA para quedarse con el 100% de Endesa. Lo cual, dicho en román paladino, quiere decir que Endesa, participada significativamente por La Caixa, pasará a ser propiedad de Gas Natural, cuyos principales accionistas son La Caixa y Repsol (que, a su vez, tiene como principal accionista a La Caixa).
Qué bonito resulta vivir en un país en el que el principal grupo energético, la principal concesionaria de autopistas o la principal compañía telefónica son propiedad de una caja de ahorros, esto es, propiedad de una institución ineludiblemente vinculada a la administración. ¿Por qué las cajas de ahorros, elementos siempre estratégicos del poder político de turno, pueden comprar lo que quieran pero nada ni nadie puede comprar las cajas de ahorros?