En el segundo acto de esta gran comedia de enredo que es el debate parlamentario de reforma del estatuto de automía de Cataluña, me he planteado algunas formas de escribir este modesto post.
Harto de tanta retórica, harto de tanta alegoría nacionalista, harto de tanto sobreentendido, tanta elipsis voluntaria en el discurso catalanista, sorprendido ante tal indigencia intelectual que muestran sin pudor varios portacoces estos días en el Parlament, he ido a buscar luz al blog del portavoz socialista y exasesor de Felipe González en tiempos de la bodeguilla, Miquel Iceta.
Agárrense, que esto es fuerte. Hay muy pocas palabras para describirlo, basta la sola exhibición del producto Iceta: resulta que, según don Miquel, el Estatut se va a aprobar, de acuerdo con las perspectivas de la prestigiosa astróloga Guiomar Eguillor.
¿En qué pensaba ayer Miquel Iceta, agnóstico confeso a la vez que creyente en prestigiosas astrólogas, cuando hablaba en el Parlament de la gran oportunidad que significa este Estatut para la educación, la cultura y la formación científica rigurosa de los ciudadanos de Cataluña?
Harto de tanta retórica, harto de tanta alegoría nacionalista, harto de tanto sobreentendido, tanta elipsis voluntaria en el discurso catalanista, sorprendido ante tal indigencia intelectual que muestran sin pudor varios portacoces estos días en el Parlament, he ido a buscar luz al blog del portavoz socialista y exasesor de Felipe González en tiempos de la bodeguilla, Miquel Iceta.
Agárrense, que esto es fuerte. Hay muy pocas palabras para describirlo, basta la sola exhibición del producto Iceta: resulta que, según don Miquel, el Estatut se va a aprobar, de acuerdo con las perspectivas de la prestigiosa astróloga Guiomar Eguillor.
¿En qué pensaba ayer Miquel Iceta, agnóstico confeso a la vez que creyente en prestigiosas astrólogas, cuando hablaba en el Parlament de la gran oportunidad que significa este Estatut para la educación, la cultura y la formación científica rigurosa de los ciudadanos de Cataluña?