No acabo de entender qué demonios le ocurre al PSC con las putas. Primero fue la consejera de Interior, Montserrat Tura, quien se dedicaba hace un año a visitar diversos clubes de alterne de la zona de La Jonquera (un pueblo en el que la industria del fornicio tiene una fuerte demanda), acompañada de todo su dispositivo de escoltas y coche blindado. La consejera, por lo visto, tenía interés en conocer el trato que recibían las prostitutas y (literal) asuntos como la calidad de las sábanas.
Después fue el ayuntamiento de Barcelona, que mantiene en su página web una sección con las direcciones y teléfonos de las casas de citas más emblemáticas de la ciudad (¡en la sección de alojamiento!).
Hoy, nos encontramos con dos noticias más sobre esta temática: la Tura ataca de nuevo, amenazando con publicar los nombres de los usuarios de la prostitución a modo de sambenito, mientras la diputada de CIU Carme Laura Gil afirma que en la agenda oficial de la Generalitat de Catalunya se anuncia el Club La Paloma Blanca, sito en Medinyà (Gerona), que ofrece, en correcto catalán normativo, suites con jacuzzi, reservados, piscina climatizada, shows eróticos y despedidas de soltero. Visa sí.
Después fue el ayuntamiento de Barcelona, que mantiene en su página web una sección con las direcciones y teléfonos de las casas de citas más emblemáticas de la ciudad (¡en la sección de alojamiento!).
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