Leemos en El Confidencial una pormenorizada relación de las concesiones, los dimes y los diretes de algunos gobiernos autonómicos del PP a unos cuantos grupos mediáticos amiguetes en el tramo autonómico de las licencias de Televisión Digital Terrestre.
Decepciona. El PP es el único partido español que defiende supuestamente el liberalismo político, pero esas convicciones tienne que ir bastante más lejos que la economía, y que la boquilla, porque aquí hay liberales y libegales. Los primeros van contra la farragosa e intervencionista administración española (y europea), siempre; los segundos (léase Libertad Digital, beneficiaria de una decena de canales) sólo cuando les interesa.
Es bastante vomitivo leer las truculencias que se llevan entre manos en determinadas comunidades para adjudicar esas nuevas emisoras de TDT, porque vomitivo es en sí el sistema de concesiones español (y europeo) en el que el color político de la administración condiciona el mapa audiovisual. Pero no nos desesperemos:
1) Salvo excéntricas excepciones, asquerosa es la política, asquerosos son los políticos, pero pese a las corruptelas y a los intereses, al menos el PP tiene alguna idea, algún planteamiento, algo de seriedad. Porque yo la maldad en un político la puedo entender. La estupidez, en ningún caso.
2) Cuando lleguen las concesiones a la TDT en Extremadura, Asturias o Aragón, habrá licencia hasta para ElPlural.com TV. ¡Al tiempo!
3) Nos queda la tranquilidad de que todas esas concesiones no servirán para nada: cincuenta canales de televisión distintos, no los va a ver nadie. Directos a la ruina. Camps todavía le ha hecho un favor a Polanco.
Decepciona. El PP es el único partido español que defiende supuestamente el liberalismo político, pero esas convicciones tienne que ir bastante más lejos que la economía, y que la boquilla, porque aquí hay liberales y libegales. Los primeros van contra la farragosa e intervencionista administración española (y europea), siempre; los segundos (léase Libertad Digital, beneficiaria de una decena de canales) sólo cuando les interesa.
Es bastante vomitivo leer las truculencias que se llevan entre manos en determinadas comunidades para adjudicar esas nuevas emisoras de TDT, porque vomitivo es en sí el sistema de concesiones español (y europeo) en el que el color político de la administración condiciona el mapa audiovisual. Pero no nos desesperemos:
1) Salvo excéntricas excepciones, asquerosa es la política, asquerosos son los políticos, pero pese a las corruptelas y a los intereses, al menos el PP tiene alguna idea, algún planteamiento, algo de seriedad. Porque yo la maldad en un político la puedo entender. La estupidez, en ningún caso.
2) Cuando lleguen las concesiones a la TDT en Extremadura, Asturias o Aragón, habrá licencia hasta para ElPlural.com TV. ¡Al tiempo!
3) Nos queda la tranquilidad de que todas esas concesiones no servirán para nada: cincuenta canales de televisión distintos, no los va a ver nadie. Directos a la ruina. Camps todavía le ha hecho un favor a Polanco.