Si algo tienen en común todos los particularismos totalizantes, es el gusto por la subvención. En el caso de los nacionalismos españoles (esto es, el nacionalismo gallego, el vasco y el catalán) es común un perenne e imparable deseo por construír un país, y dado que el tal país no existe, se inventa a golpe de subvención.
Por ejemplo, un país que puedan describir los medios.
Por ejemplo, un país que puedan describir los medios.