jueves, junio 22, 2006

Ara, Montilla president


Hubo un tipo, P.M., que se presentó dos veces como candidato a la presidencia de la Generalitat; perdió las dos veces pero en la segunda ocasión llegó al gobierno tras un pacto multipartito. Su lema de campaña (¡cuán decadentes han sido los lemas de su partido posteriormente!) fue un simple Ara, Maragall president en las dos contiendas a las que se presentó.

Examinabas un poco la propaganda electoral que te mandaban a casa, y encontrabas otro eslogan, quizás algo más elaborado, en su interior: Farem una Catalunya mai vista, haremos una Cataluña nunca vista. Y sí, la hicieron. No hicieron nada, de hecho, nada salvo hundir un barrio, pelearse entre ellos, multar a comerciantes por rotular en castellano y aprobar un nuevo estatuto de autonomía, que era el objetivo de los que habían perdido las elecciones, aquellos a los que P.M. relevaba supuestamente para dar paso a nuevas prioridades e iniciativas.

Ese tipo, P.M., afirmó repeditamente en su exiguo mandato que su proyecto era para ocho años, que las críticas a su tripartit era ruido injustificado de la derecha española y catalana y que su gobierno estaba para quedarse. Ayer, P.M. puso su cabeza en la guillotina, por sí solo, apenas guiado por sus compañeros de partido. Fue la caída definitiva del tripartito que ya estaba muerto y el fracaso absoluto de este postpujolista venido a menos.

Siempre es agradable ver caer gobiernos, es la esencia de la democracia, como diría ZP. Pero yo estoy acojonado, porque a P.M. lo va a sustituír J.M., un tío que no tiene el bachillerato, que no sabe hablar ni en catalán ni en castellano, que está todavía más ideologizado que su predecesor y que pretende convertir a Cataluña en una inmensa Cornellà, con multicines, tranvía, finanzas públicas opacas y redes clientelares subvencionadas. Bueno, tampoco habrá mucha diferencia si el próximo es Mas, ahora que lo pienso.