La esteparia cursilería que exhibió este miércoles el presidente Rodríguez supera la coña aquella de "largo, duro y difícil". Ahora cuenta nuestro jefe de gobierno que lo del proceso de paz hay que abordarlo con tiempo, temple y ténacidad, sí sí, ténacidad, sobreesdrújula.
Las tres tes. Son habituales estas bromitas simpáticas de los asesores de Moncloa, no sé si las fabrican por propia iniciativa o se lo pide el presidente. Puestos a imaginar, Zapatero podría haber explicado ayer que lo del proceso de paz lo están abordando con las tres oes: ocultismo, opacidad y oportunismo. O con las tres ces: caos, cortoplacismo y censura. O con las tres enes: nocturnidad, nihilismo y necedad. O con las tres íes: intereses espurios, insolencia e infantilismo. O con las tres aes: ausencia de principios, ansia de poder y amoralidad. Aunque yo me quedo, en efecto, con las tres tes de Zapatero. Sus tres tes. Triunfalismo, torpeza y traición.
Las tres tes. Son habituales estas bromitas simpáticas de los asesores de Moncloa, no sé si las fabrican por propia iniciativa o se lo pide el presidente. Puestos a imaginar, Zapatero podría haber explicado ayer que lo del proceso de paz lo están abordando con las tres oes: ocultismo, opacidad y oportunismo. O con las tres ces: caos, cortoplacismo y censura. O con las tres enes: nocturnidad, nihilismo y necedad. O con las tres íes: intereses espurios, insolencia e infantilismo. O con las tres aes: ausencia de principios, ansia de poder y amoralidad. Aunque yo me quedo, en efecto, con las tres tes de Zapatero. Sus tres tes. Triunfalismo, torpeza y traición.