miércoles, enero 10, 2007

Que se lo confiten


Cuentan que estos días andan en Convergència i Unió muy quemados con los socialistas: les traicionaron en Madrid para que no gobernaran en Barcelona. Cuentan también que en CIU ven venir que el tripartito va a sumar en todos los ayuntamientos que pueda en las próximas elecciones municipales en Cataluña, no por motivos ideológicos o de gestión sino con el objetivo estratégico de dejar al partido postpujolista fuera de todas las instituciones catalanas.

Se ve que algún iluminado convergente ha pensado que quizás no fue tan buena idea presentar al Partido Popular como enemigo de Cataluña (aunque en esta tarea fueran eficazmente superados por el PSC y su campaña del Estatuto), y ya están empezando a salir los que sugieren pactar con el PP catalán en aquellos ayuntamientos en los que se pueda en las próximas municipales y no cerrar la puerta a una posible colaboración con Rajoy en una eventual victoria popular en 2008, como única salida para que la federación regionalista identitaria no acabe desapareciendo a medio plazo.

Esto, veniendo de CIU, se entiende: toda su vida se han dedicado a vivir del poder y a tomar decisiones a conveniencia. Pero se equivocaría el Partido Popular si le abriera la puerta de par en par al imbécil de Artur Mas, al del notario, al que cree que su partido es su país y viceversa. Si los nacionalistas llamados moderados se han dado cuenta ahora de que necesitan al PP para tener alguna posibilidad de supervivencia de aquí a algunos años, que se espabilen. Ni una concesión a cambio de un apoyo nacionalista, con la que está cayendo.

En las elecciones municipales que están a la vuelta de la esquina y en las próximas elecciones generales, el Partido Popular no necesita más apoyos que el de todos los ciudadanos catalanes deseosos de un cambio saludable y necesario que combata al progresismo más recalcitrante. El apoyo de Convergència, que se lo confiten.