Melchor Miralles, un tipo con fama de luchador incólume contra la corrupción y defensor del periodismo de investigación levantador de alfombras, ha tenido el privilegio de ser uno de los que destapó el crimen de Estado en el anterior gobierno del Psoe y el tongo en el concurso de Miss España. Dos terrenos de investigación muy diferentes, dicho sea de paso.
Sus merecidos galones hacen que resulte todavía más descorazonador que Miralles tenga la durísima cara de prohibir a los redactores de su periódico que hablen del supuesto trapicheo de votos en las últimas elecciones del Real Madrid. Porque Felipe González era el jefe de una banda de asesinos y ladrones y María Elena Dávalos amañanaba los concursos de Miss Murcia, pero cuando se trata de rebuscar en asuntos que le pueden salpicar a uno, aquí hasta el más beligerante se esconde. El Mundo, y sus dobles raseros.
Sus merecidos galones hacen que resulte todavía más descorazonador que Miralles tenga la durísima cara de prohibir a los redactores de su periódico que hablen del supuesto trapicheo de votos en las últimas elecciones del Real Madrid. Porque Felipe González era el jefe de una banda de asesinos y ladrones y María Elena Dávalos amañanaba los concursos de Miss Murcia, pero cuando se trata de rebuscar en asuntos que le pueden salpicar a uno, aquí hasta el más beligerante se esconde. El Mundo, y sus dobles raseros.