Muchos de ustedes deben recordar la opinión que tengo del seguimiento que Federico Jiménez Losantos, Pedrojota Ramírez y el sinvergüenza aprovechado Luis del Pino han hecho de la investigación de los atentados del 11 de marzo de 2004.
Los motivos que les llevaron a desarrollar sus teorías conspirativas, al lado de las cuales los estudios ufológicos de JJ.Benítez son una grave evidencia matemática, son diferentes: Federico Jiménez Losantos, de natural ingenuo, cree realmente en lo que dice; Pedrojota simplemente quería vender más periódicos y Luis del Pino se ha lanzado al estrellato y ha trincado una pasta con esta historia, a costa de la buena fe de aquellos que han comprado sus libros, que leen sus artículos y que escuchan sus intervenciones. Pero ahora la Cope está perdiendo audiencia, El Mundo ya no gana más lectores y los peones negros están picados entre ellos. Y ahora que, sometidas a la asepsia del método científico las dudas planteadas por algunos abogados sobre la posible falsificación de pruebas, el totum revolutum conspiracionista se viene abajo, es sorprendente que, por una vez (debe ser la primera), la Justicia española ponga a cada uno en su sitio.
No me refiero únicamente a los tres personajes mencionados, por supuesto: el papel de la izquierda española ha sido mucho más infame en estos tres años. Es asqueroso que el Psoe aproveche esta sentencia para hacer campaña electoral, sobre todo si tenemos en cuenta que 1) se afirma que no hay ninguna evidencia que pruebe que los atentados son consecuencia del apoyo (que no participación) español a la segunda guerra de Irak, 2) el ex militante del Psoe Mohannad Almallah Dabas ha sido condenado a 12 años de prisión, un dato, este último, sorprendentemente pasado por alto por todos los que buscan munición contra los progres y 3) sigamos sin conocer quién fue el inductor de los 191 asesinatos y con qué objetivo.
El Psoe aprovechó los atentados desde el primer minuto y el gobierno del Pp fue el que dio todos los datos de los que se disponía antes de la jornada electoral. Bueno, todos los datos no: no informó de la existencia de terroristas suicidas bajo una pirámide de calzoncillos. Por ello, lo peor de todo es que Pepiño Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba se atrevan a salir ayer y hoy hablando de manipulación del 11-M y refiriéndose al Pp. Como si todos nos hubiéramos vuelto amnésicos. Habrá que incluír una partida en la Ley de Memoria Histórica para que nadie olvide la jornada de reflexión del 13 de marzo de 2004.
Los motivos que les llevaron a desarrollar sus teorías conspirativas, al lado de las cuales los estudios ufológicos de JJ.Benítez son una grave evidencia matemática, son diferentes: Federico Jiménez Losantos, de natural ingenuo, cree realmente en lo que dice; Pedrojota simplemente quería vender más periódicos y Luis del Pino se ha lanzado al estrellato y ha trincado una pasta con esta historia, a costa de la buena fe de aquellos que han comprado sus libros, que leen sus artículos y que escuchan sus intervenciones. Pero ahora la Cope está perdiendo audiencia, El Mundo ya no gana más lectores y los peones negros están picados entre ellos. Y ahora que, sometidas a la asepsia del método científico las dudas planteadas por algunos abogados sobre la posible falsificación de pruebas, el totum revolutum conspiracionista se viene abajo, es sorprendente que, por una vez (debe ser la primera), la Justicia española ponga a cada uno en su sitio.
No me refiero únicamente a los tres personajes mencionados, por supuesto: el papel de la izquierda española ha sido mucho más infame en estos tres años. Es asqueroso que el Psoe aproveche esta sentencia para hacer campaña electoral, sobre todo si tenemos en cuenta que 1) se afirma que no hay ninguna evidencia que pruebe que los atentados son consecuencia del apoyo (que no participación) español a la segunda guerra de Irak, 2) el ex militante del Psoe Mohannad Almallah Dabas ha sido condenado a 12 años de prisión, un dato, este último, sorprendentemente pasado por alto por todos los que buscan munición contra los progres y 3) sigamos sin conocer quién fue el inductor de los 191 asesinatos y con qué objetivo.
El Psoe aprovechó los atentados desde el primer minuto y el gobierno del Pp fue el que dio todos los datos de los que se disponía antes de la jornada electoral. Bueno, todos los datos no: no informó de la existencia de terroristas suicidas bajo una pirámide de calzoncillos. Por ello, lo peor de todo es que Pepiño Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba se atrevan a salir ayer y hoy hablando de manipulación del 11-M y refiriéndose al Pp. Como si todos nos hubiéramos vuelto amnésicos. Habrá que incluír una partida en la Ley de Memoria Histórica para que nadie olvide la jornada de reflexión del 13 de marzo de 2004.