Las autoridades palestinas han confirmado, en la madrugada de este jueves, la muerte de Arafat. Al margen de todos los homenajes, alabanzas, aplausos, loas, tributos y masajes post-mortem que le van a dar todos los medios de comunicación durante los próximos días, no quiero dejar pasar un dato curioso.
Nota de la agencia EFE del miércoles 10 de noviembre, el subrayado es mío:
De acuerdo con lo pactado en la reunión que ha celebrado este miércoles la dirigencia palestina, Abú Alá se hará cargo de la administración política y financiera en Gaza y Cisjordania y encabezará el Consejo de Seguridad Nacional, mientras que Abú Mazén ostentará la jefatura y la representación internacional de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Arafat ha estado diez días agonizando, pero no ha muerto hasta el momento en que sus colaboradores inmediatos han pactado el reparto de poder que deja el inefable ex-secuestrador de aviones. Naturalmente se trata de una casualidad que la OLP y los franceses, valga la redundancia, hayan mantenido artificialmente con vida a Arafat hasta que se ha hallado una solución a la grave maraña de intereses y ansias de poder que se amalgaman en las diferentes facciones palestinas.
Acordados los cargos que ocuparán Abú Alá y Abú Mazen, apenas han pasado doce horas hasta el anuncio de la muerte del Servilletas. Por supuesto, meras coincidencias que se dan en el complejo escenario geopolítico.
Nota de la agencia EFE del miércoles 10 de noviembre, el subrayado es mío:
De acuerdo con lo pactado en la reunión que ha celebrado este miércoles la dirigencia palestina, Abú Alá se hará cargo de la administración política y financiera en Gaza y Cisjordania y encabezará el Consejo de Seguridad Nacional, mientras que Abú Mazén ostentará la jefatura y la representación internacional de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Arafat ha estado diez días agonizando, pero no ha muerto hasta el momento en que sus colaboradores inmediatos han pactado el reparto de poder que deja el inefable ex-secuestrador de aviones. Naturalmente se trata de una casualidad que la OLP y los franceses, valga la redundancia, hayan mantenido artificialmente con vida a Arafat hasta que se ha hallado una solución a la grave maraña de intereses y ansias de poder que se amalgaman en las diferentes facciones palestinas.
Acordados los cargos que ocuparán Abú Alá y Abú Mazen, apenas han pasado doce horas hasta el anuncio de la muerte del Servilletas. Por supuesto, meras coincidencias que se dan en el complejo escenario geopolítico.
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Otra coincidencia: Arafat ha muerto el 11 de noviembre, San Martín.