domingo, noviembre 21, 2004

Siempre a la vanguardia


Ayer, 20 de noviembre, veintinueve años después de la muerte de Francisco Franco, una vez más el alcalde de Beade (Orense), Senén Pousa, ha instado a organizar una misa conmemorativa en recuerdo del dictador.

Es una de las variopintas perlas del Partido Popular de Galicia, sin que ningún militante tenga a buen avenir presentar una queja ante esta grave burla a los principios democráticos elementales y a los estatutos del partido. Tampoco es conocida ninguna represalia por parte del líder de los nacionalistas gallegos, Manuel Fraga.

Desde hace más de 15 años, no existe en Galicia el PP. En su lugar, habita una rara especie que adopta sus mismas siglas, que además de tener cargos como Senén Pousa, cuenta también con el alcalde de Xinzo de Limia, Isaac Vila, que volvió a presentarse a la alcaldía (y a ganar), tras una inhabilitación de dos años por prevaricación. O con el alcalde de la pequeña conurbación de Calvos de Randín, donde el tal preboste, además de ser propietario del único supermercado de la localidad, de una ferretería, y director de la única oficina de Caixa Nova que hay en el municipio, ha elegido como asesora en el ayuntamiento a su hija.

Es también el PP de Galicia el partido que sustenta al gobierno autonómico, en el que se encuentran numerosos consejeros que consideran que se es menos gallego por hablar en castellano o que hay una forma gallega de ver las cosas. Todo, con una ausencia absoluta de fundamentos ideológicos, con cargos públicos y de partido aferrados a sus responsabilidades desde hace varias décadas, con una serie de corruptelas y manejo de intereses propios del socialismo de los 80. Con un conjunto de características, en definitiva, que hacen que cualquier parecido con una derecha con principios liberales o conservadores, con propuestas que busquen la primacía de la sociedad civil y no de la administración, con respeto escrupuloso a la separación de poderes, sea pura coincidencia.

La derecha carpetovetónica tiene su axioma fundamental: la actividad política es una simple extensión, a modo de sección de seguridad, del negocio particular. Las ideas no importan: es curiosa la similitud con la derecha gallardónica. Una busca el poder por medio del caciquismo; la otra, por medio de la imagen.


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Quienes ayer vieron el partido del siglo de esta semana, pudieron comprobar cómo la televisión autonómica catalana dio unos segundos de cobertura a esta bella construcción:

Catalonia is not Spain

El inglés es la excepción categórica de los nacionalistas. Llevan media vida anatematizando a todo castellanoparlante que se atreva a escribir Cataluña en lugar de Catalunya, cuando lo correcto en castellano es lo primero. En cambio, les encanta esa cursilada de Catalonia. Sin novedad en el Oasis.