Circula la noticia de que en numerosos establecimientos de Indonesia se están vendiendo con mucho éxito colecciones de vídeos y DVD repletos de secuencias en los que se ven los efectos devastadores del maremoto que arrasó las costas del Índico en la pasada Navidad.
Es algo humano. Una de las características de los humanos es una enfervecedora maldad, un morbo pusilánime que nos invade: nos encanta ver esos futuros cadáveres siendo engullidos por el agua, no apartamos la vista cuando se muestra una muerte en televisión, trivializamos el dolor. De esta forma, algunos ineptos indonesios pagan por ver gente morir. Somos, en definitiva, humanos. Porque lo que verdaderamente nos distingue de los animales irracionales es lo irracional, lo verdaderamente humano es lo inhumano.
Ninguna otra especie se recrea en la muerte ajena por placer. Y, al mismo tiempo, paradójicamente el homo sapiens es el único ser vivo que sabe que va a morir.
Es algo humano. Una de las características de los humanos es una enfervecedora maldad, un morbo pusilánime que nos invade: nos encanta ver esos futuros cadáveres siendo engullidos por el agua, no apartamos la vista cuando se muestra una muerte en televisión, trivializamos el dolor. De esta forma, algunos ineptos indonesios pagan por ver gente morir. Somos, en definitiva, humanos. Porque lo que verdaderamente nos distingue de los animales irracionales es lo irracional, lo verdaderamente humano es lo inhumano.
Ninguna otra especie se recrea en la muerte ajena por placer. Y, al mismo tiempo, paradójicamente el homo sapiens es el único ser vivo que sabe que va a morir.