La ominosa inactividad del gobierno, oculta bajo un manto de sonrisa ZP que todo lo cubre, da resultados sorprendentes. Acostumbrados a los espectáculos de Carmen Calvo, las arengas de Bono o desternillantes intervenciones como la de Jesús Caldera ayer, nos hemos olvidado de que prácticamente la mitad de los ministros son desconocidos para buena parte de la ciudadanía.
¿Cuántos saben de qué es ministra Elena Salgado? ¿Quién la reconocería por la calle? ¿A qué se dedica María José Sansegundo? ¿Cuántas medidas ha tomado el ministerio comandado por Elena Espinosa? Tal vez nos hallemos ante una especie de ejecutivo póstumo que decide no asumir ni ejercer ninguna responsabilidad, por ser culpa del anterior gobierno.
En el fondo, la parálisis narcoléptica del poder ejecutivo español es todo cuanto había soñado Lao Tse: "Como mejor os gobierno es no gobernándoos."
¿Cuántos saben de qué es ministra Elena Salgado? ¿Quién la reconocería por la calle? ¿A qué se dedica María José Sansegundo? ¿Cuántas medidas ha tomado el ministerio comandado por Elena Espinosa? Tal vez nos hallemos ante una especie de ejecutivo póstumo que decide no asumir ni ejercer ninguna responsabilidad, por ser culpa del anterior gobierno.
En el fondo, la parálisis narcoléptica del poder ejecutivo español es todo cuanto había soñado Lao Tse: "Como mejor os gobierno es no gobernándoos."