Sobrecogedoras declaraciones del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. El carismático orate del 3%, en un alarde de capacidad analítica y sintética de la que sólo un puñado de privilegiados cerebros pueden hacer gala, ha anunciado que va a agotarse esta legislatura, aunque quizás tenga que convocar elecciones anticipadas.
Ahí lo tienen. Postmodernismo, lo llaman algunos expertos en arte pictórico. Aplicación de la paradoja del gato de Schrödinger, interpretan por su parte los gurús de la mecánica cuántica. El caso es que Maragall prevé completar los cuatro años de legislatura y prevé a la vez anticipar las elecciones autonómicas; todo un reto de proporciones similares a aquellas fantásticas revelaciones del presidente Rodríguez, en las que afirmaba que no debe cambiarse ni la forma ni el fondo del pacto antiterrorista, aunque haremos un esfuerzo en modificar todo lo necesario para que los partidos nacionalistas puedan integrarse en el acuerdo.
Los admiradores del esperpento en su plenitud estamos de enhorabuena con el nuevo socialismo del siglo XXI: gobernar, no gobiernan, pero anda que no entretienen estas visionarias exhibiciones de coherencia conceptual. Mi única duda estriba ahora en saber si las pocas decisiones que salen del consejo de ministros y del consell executiu contienen también muestras de esta misma consistencia mental.
Ahí lo tienen. Postmodernismo, lo llaman algunos expertos en arte pictórico. Aplicación de la paradoja del gato de Schrödinger, interpretan por su parte los gurús de la mecánica cuántica. El caso es que Maragall prevé completar los cuatro años de legislatura y prevé a la vez anticipar las elecciones autonómicas; todo un reto de proporciones similares a aquellas fantásticas revelaciones del presidente Rodríguez, en las que afirmaba que no debe cambiarse ni la forma ni el fondo del pacto antiterrorista, aunque haremos un esfuerzo en modificar todo lo necesario para que los partidos nacionalistas puedan integrarse en el acuerdo.
Los admiradores del esperpento en su plenitud estamos de enhorabuena con el nuevo socialismo del siglo XXI: gobernar, no gobiernan, pero anda que no entretienen estas visionarias exhibiciones de coherencia conceptual. Mi única duda estriba ahora en saber si las pocas decisiones que salen del consejo de ministros y del consell executiu contienen también muestras de esta misma consistencia mental.