Una interesante carta publicada hoy en La Vanguardia, que describe la situación de los esitos, esas legiones de adolescentes que desembarcan aborregados en el bachillerato, procedentes de la ESO:
Este verano muchos alumnos que han terminado la ESO habrán vuelto a su casa con unas extrañas notas: obtienen el graduado pese a haber suspendido dos asignaturas, porque es legal. Pero se habrán encontrado con alguna otra aprobada con un asterisco al lado. El asterisco quiere decir que la asignatura está suspendida, pero se le aprueba para no aumentar el ya abultado número de alumnos que ni tan siquiera obtienen el título. Es decir, si al casi 30% de alumnos que no aprueban la ESO sumamos los que han sido aprobados gracias al subterfugio del asterisco, nos encontraríamos que más de la mitad no merecen ser graduados en ESO.
Lo del asterisco no es un invento del profesorado sino de los políticos, ávidos en camuflar el alcance real del fracaso escolar. Lástima que los del informe Pisa no utilicen el método, y así nos libraríamos de la vergüenza de estar en la cola. Lo del asterisco es el reconocimiento implícito del fracaso del sistema, un fraude social, un engaño colectivo al que hacemos la vista gorda porque gracias al bendito signo "mi hijo ha pasado la ESO". Lo de menos es el resultado.
¿De verdad nuestros alumnos aprenden? Como éste es el país de los títulos, el camuflaje se perdona. Lo malo es que el asterisco ya ha llegado al bachillerato. ¿Llegará también a la universidad?
El asterisco es la versión posmoderna de la vieja picaresca nacional, el último invento de la chapuza patria. ¿Se imaginan el asterisco en el sistema francés o alemán? El ministro que lo hubiera inventado no hubiera durado 24 horas. Aquí todo es al revés, con el bachillerato más corto de Europa, cambiando las leyes educativas cada cinco años, discutiendo si ha de haber clase de religión... y nuestros alumnos, aprobando con asterisco.
FELIPE DE VICENTE
PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE CATEDRÁTICOS DE INSTITUTO DE CATALUNYA BARCELONA
En otras palabras: oh, la maravillosa LOGSE, una de las mayores afrentas contra la excelencia mental de los españoles, aprobada expresamente para idiotizar a la población, aún vigente una década después.
Este verano muchos alumnos que han terminado la ESO habrán vuelto a su casa con unas extrañas notas: obtienen el graduado pese a haber suspendido dos asignaturas, porque es legal. Pero se habrán encontrado con alguna otra aprobada con un asterisco al lado. El asterisco quiere decir que la asignatura está suspendida, pero se le aprueba para no aumentar el ya abultado número de alumnos que ni tan siquiera obtienen el título. Es decir, si al casi 30% de alumnos que no aprueban la ESO sumamos los que han sido aprobados gracias al subterfugio del asterisco, nos encontraríamos que más de la mitad no merecen ser graduados en ESO.
Lo del asterisco no es un invento del profesorado sino de los políticos, ávidos en camuflar el alcance real del fracaso escolar. Lástima que los del informe Pisa no utilicen el método, y así nos libraríamos de la vergüenza de estar en la cola. Lo del asterisco es el reconocimiento implícito del fracaso del sistema, un fraude social, un engaño colectivo al que hacemos la vista gorda porque gracias al bendito signo "mi hijo ha pasado la ESO". Lo de menos es el resultado.
¿De verdad nuestros alumnos aprenden? Como éste es el país de los títulos, el camuflaje se perdona. Lo malo es que el asterisco ya ha llegado al bachillerato. ¿Llegará también a la universidad?
El asterisco es la versión posmoderna de la vieja picaresca nacional, el último invento de la chapuza patria. ¿Se imaginan el asterisco en el sistema francés o alemán? El ministro que lo hubiera inventado no hubiera durado 24 horas. Aquí todo es al revés, con el bachillerato más corto de Europa, cambiando las leyes educativas cada cinco años, discutiendo si ha de haber clase de religión... y nuestros alumnos, aprobando con asterisco.
FELIPE DE VICENTE
PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE CATEDRÁTICOS DE INSTITUTO DE CATALUNYA BARCELONA
En otras palabras: oh, la maravillosa LOGSE, una de las mayores afrentas contra la excelencia mental de los españoles, aprobada expresamente para idiotizar a la población, aún vigente una década después.
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Paridario
Lo ha dicho el presidente Rodríguez: "No es cierto que la verdad nos haga libres; es la libertad la que nos hace más verdaderos". Y ojos que no sienten, corazón que no ve, yo diría.
Lo ha dicho el presidente Rodríguez: "No es cierto que la verdad nos haga libres; es la libertad la que nos hace más verdaderos". Y ojos que no sienten, corazón que no ve, yo diría.