El gobierno de coalición nacionalsocialista de Cataluña ha dado una cabriola más en su indescriptible camino hacia en medio de ninguna parte. Mientras los ciudadanos de Cataluña continuamos sin poder explicar ni una sola medida de gobierno que haya tomado el tripartito en estos 18 meses, simplemente porque no ha habido ninguna, el ejecutivo de Maragall continúa en su mundo.
Ahora, el EGM catalán. Cada cierto tiempo, un par de empresas privadas (AIMC y Sigma Dos) realizan en España unas encuestas supuestamente fiables acerca de las audiencias de la radio en nuestro país. Como al trío del Tinell no le gusta eso de que el enemigo exterior se atreva a medir las audiencias de toda España, es decir, se atreva a suponer que Cataluña forma parte de España, Maragall ha tenido una idea: montemos nuestra propia sociedad de medición de audiencias.
Realizar encuestas periódicas que midan las audiencias radiofónicas de las emisoras catalanas es una absurda decisión, puesto que esos rankings (de utilidad relativa, dicho sea de paso), ya los realizan empresas privadas sin coste alguno para el contribuyente. Pero aquí no, aquí somos diferentes, somos una nación y somos la leche, además. Para construír un país, hay que gastar, gastar mucho dinero y subvencionarlo todo. La broma costará del orden de un millón de euros anuales, y luego todavía se atreven a quejarse del finançament. Baturros.
Ahora, el EGM catalán. Cada cierto tiempo, un par de empresas privadas (AIMC y Sigma Dos) realizan en España unas encuestas supuestamente fiables acerca de las audiencias de la radio en nuestro país. Como al trío del Tinell no le gusta eso de que el enemigo exterior se atreva a medir las audiencias de toda España, es decir, se atreva a suponer que Cataluña forma parte de España, Maragall ha tenido una idea: montemos nuestra propia sociedad de medición de audiencias.
Realizar encuestas periódicas que midan las audiencias radiofónicas de las emisoras catalanas es una absurda decisión, puesto que esos rankings (de utilidad relativa, dicho sea de paso), ya los realizan empresas privadas sin coste alguno para el contribuyente. Pero aquí no, aquí somos diferentes, somos una nación y somos la leche, además. Para construír un país, hay que gastar, gastar mucho dinero y subvencionarlo todo. La broma costará del orden de un millón de euros anuales, y luego todavía se atreven a quejarse del finançament. Baturros.
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Craso error. Deberían aprender a no verla, hombre.