Allá por septiembre de 2000, cuando ETA asesinó al concejal José Luis Ruiz Casado en Sant Adrià de Besós, unas cuantas personas se concentraron aquella misma mañana espontáneamente en la plaza Sant Jaume. Estaba acampado Lluís María Xirinacs, exsenador y cura ateo, decidido a vivir en aquella plaza hasta conseguir la independencia de los Países Catalanes. Cuál no sería la sorpresa de los cuatro gatos allí concentrados silenciosamente al ver que, ante su acto de repulsa contra ETA, los independendistas que rodeaban a Xirinacs y él mismo empezaban a gritarles "Vosaltres feixistes / sou els terroristes".
Este tipo se ha mostrado en repetidas veces favorable a los asesinatos, llamados por él acciones, de ETA y se ha declarado amigo de la organización, "porque mata pero no tortura". Esta semana, al fin una vez en prisión, la justicia ha vuelto una vez más a conseguir que sufran las víctimas pero nunca los verdugos o los amigos de los verdugos. Xirinacs o la gran paradoja: por si acaso fuera a padecer problemas de salud, se excarcela a un tipo que justifica el asesinato.
Y cómo no, ¿quién celebra la excarcelación de este proetarra? La Entesa Catalana de Progrés en el Senado: PSC-ICV-ERC.
Este tipo se ha mostrado en repetidas veces favorable a los asesinatos, llamados por él acciones, de ETA y se ha declarado amigo de la organización, "porque mata pero no tortura". Esta semana, al fin una vez en prisión, la justicia ha vuelto una vez más a conseguir que sufran las víctimas pero nunca los verdugos o los amigos de los verdugos. Xirinacs o la gran paradoja: por si acaso fuera a padecer problemas de salud, se excarcela a un tipo que justifica el asesinato.
Y cómo no, ¿quién celebra la excarcelación de este proetarra? La Entesa Catalana de Progrés en el Senado: PSC-ICV-ERC.