domingo, octubre 09, 2005

Sólo [Don] Jesús puede salvarnos


El parlamento autónomo catalán inventa un nuevo estatuto de autonomía que atenta contra los derechos y libertades de los ciudadanos de Cataluña y subvierte el orden constitucional vigente, todo bajo el disfraz de una transferencia de poder de una determinada instancia administrativa a otra.

El tiempo pasa y el jefe del gobierno español no muestra en público la menor reserva al bodrio nacionalista (entre otros motivos porque el impulso originario es suyo), apenas se atreve a decir que él es equidistante, lo cual representa un desprecio al normal funcionamiento de nuestras instituciones y a nuestro ordenamiento jurídico. Mientras, la desde siempre maleable opinión pública catalana ya empieza a mostrarse inocentemente favorable (55%) y acrítica a la denominación de Cataluña como nación, tal como hoy publica La Vanguardia; hace apenas un par de meses ese porcentaje era del 28%.

Los héroes del victimismo afirman, por su parte, que todo el que critica este Estatuto está contra Cataluña, al tiempo que un conocido exconseller en cap vierte amenazas sobre el fracaso del proceso de paz (sic) en Euskadi si el Estatut no sale adelante, y el inefable Pepiño hace grotescas comparaciones con la serie Aquí no hay quien viva, culpando al PP (¿y por qué no a Bush?) de todos los males.

Y con este panorama , yo pienso que el único que puede salvar a nuestro país de la hecatombe es Don Jesús de Polanco Gutiérrez. Polanco, oh gran faro ideológico de la izquierda, tú que fuiste un alumno aventajado del franquismo y diste tus primeros pelotazos con los libros y cuadernos de ejercicios Santillana allá por 1973, tú que fuiste el que verdaderamente paró el golpe del 23F, tú que conseguiste que te hicieran leyes ad hoc para emitir tu señal de televisión, tú que cerraste emisoras de radio, inhabilitaste a jueces, hiciste caer gobiernos, sólo tú puedes hacer un esfuerzo ahora para que el presidente Rodríguez tenga un arrebato transitorio de responsabilidad y cumpla con su obligación de guardar y hacer guardar la Constitución. Sólo tú puedes salvarnos, Jesús del Gran Poder.

¡Viva Prisa! ¡Viva Cebrián! ¡Viva la Momia!

PS: Pueden imaginarse el estado de ánimo al que son capaces de llevarle a uno los nacionalistas liberticidas, valga la redundancia.