No hay nada que sea tan molesto en estepaís como la realidad. Ahí tienen el caso de Barack Obama y Hillary Clinton. La internacional mediática ha estado apoyando descaradamente al precandidato Obama porque es joven, es negro y es del Partido Demócrata, se ha inventado encuestas que destacaban su clara ventaja sobre Hillary Clinton en las primarias de New Hampshire y ha proclamado que "todos los analistas" daban como ganador a Obama. Y llega la realidad y estropea los bonitos titulares y las ensoñaciones estúpidas.
Tenemos también el reciente caso de Joaquim Roglan y su artículo en La Vanguardia del Poder sobre los conductores de TMB: una de las imágenes que más me han llamado la atención en los últimos tiempos es la de un piquete imbécil, que es lo mismo, sosteniendo el artículo de Roglan en sus manos y silbando mientras miraba enfadado al papel. Es el sindicalismo del siglo XXI: proferir silbidos contra un papel porque refleja la realidad.
Hoy asistimos también a otra airada reacción de los de siempre contra la realidad. El PP de Cataluña ha difundido un vídeo en el que una llamada real al departamento de Educación prueba la imposibilidad de escolarizar a alguien en español en un determinado lugar de España. Este acierto del PP catalán, que contrasta con los nada lejanos años en los que a los concejales que planteaban alguna cuestión lingüística en los plenos municipales se les amenazaba con un expediente de expulsión, ha tenido un inmediato efecto lubricante en la maquinaria progrenacionalista que todo lo inunda en Cataluña: los todólogos se están tirando de los pelos con el vídeo del PP, cómo se atreven estos fatxes, lerrouxistes, botiflers, colonitzadors, cómo se atreven a decir la verdad.
Por situaciones como las nombradas, creo que deberíamos inventar algún tipo de acto en homenaje a la realidad. Oh, Realidad, tú tan amenazada siempre por los amantes de la ingeniería social.
Tenemos también el reciente caso de Joaquim Roglan y su artículo en La Vanguardia del Poder sobre los conductores de TMB: una de las imágenes que más me han llamado la atención en los últimos tiempos es la de un piquete imbécil, que es lo mismo, sosteniendo el artículo de Roglan en sus manos y silbando mientras miraba enfadado al papel. Es el sindicalismo del siglo XXI: proferir silbidos contra un papel porque refleja la realidad.
Hoy asistimos también a otra airada reacción de los de siempre contra la realidad. El PP de Cataluña ha difundido un vídeo en el que una llamada real al departamento de Educación prueba la imposibilidad de escolarizar a alguien en español en un determinado lugar de España. Este acierto del PP catalán, que contrasta con los nada lejanos años en los que a los concejales que planteaban alguna cuestión lingüística en los plenos municipales se les amenazaba con un expediente de expulsión, ha tenido un inmediato efecto lubricante en la maquinaria progrenacionalista que todo lo inunda en Cataluña: los todólogos se están tirando de los pelos con el vídeo del PP, cómo se atreven estos fatxes, lerrouxistes, botiflers, colonitzadors, cómo se atreven a decir la verdad.
Por situaciones como las nombradas, creo que deberíamos inventar algún tipo de acto en homenaje a la realidad. Oh, Realidad, tú tan amenazada siempre por los amantes de la ingeniería social.