sábado, julio 08, 2006

Braun


La compañía de electrodomésticos Braun cierra su planta en Esplugues. Es algo normal. Las empresas vienen cuando creen que pueden ganar dinero y se van cuando creen que pueden perder dinero.

Es algo que debería parecernos normal, pero no es así. A los socialistas de todas las ideologías y a los socialistas que habitan en todos los partidos políticos les parece fatal que la iniciativa privada busque el propio beneficio: creen que hay que poner barreras para evitar que las empresas salgan, ignorando cuadrupedalmente que al levantar barreras para salir, también están levantando barreras para entrar.

Esta semana, la mafia sindical ha cortado la Diagonal, ha intentado entrar al Corte Inglés a no se sabe qué, ha defendido el boicot a los productos comercializados por la empresa matriz propietaria de Braun (sin reacción conocida por parte del nacionalismo catalán tan sensible a los boicots) y, lo más grave de todo, ha retenido durante horas a directivos y abogados de la empresa Braun en la sede de la factoría.

La execrable, asquerosa, repugnante, vomitiva, antidemocrática, fascista conducta de los sindicalistas ha llegado hasta el extremo de tener la potestad de secuestrar a ciudadanos hasta que la policía los libera y se los lleva en furgones blindados para que no los linchen. Cada vez que paso por delante del ayuntamiento de Esplugues y veo la ridícula pancarta institucional en apoyo de los trabajadores de Braun se me revuelven las tripas. Por mí que los echen a todos. Y que les apliquen el código penal.