La UGT de Cataluña, que este año pillará ciento sesenta mil euros sólo de los presupuestos de la Generalitat (sin contar las aportaciones de los ayuntamientos y del gobierno de España), ha emitido un comunicado a raíz de la esperpéntica situación, sólo reproducible en un tercermundista país como este, sólo admisible por este espanto que somos nosotros, vivida estos días en el aeropuerto de Barcelona. Y lo único que sabe decir la UGT es que no hay que criminalizar a los trabajadores. Pues si son trabajadores, que trabajen.