sábado, septiembre 09, 2006

P.R.


Si los nacionalistas catalanes consideran que es un acto censura el no prestar las públicas instalaciones del Teatro Español para que Pepe Rubianes expela sus ordinarieces y exabruptos en nombre de la cultura, si los socialistas piensan que alguien es digno de recibir elogios por parte de la izquierda por desear que le exploten los cojones a los putos españoles, si el progresismo cree que la defensa de la libertad consiste principalmente en proteger a un tipo cuyas más brillantes intervenciones en TV3 incluían la consideración de que las señoras del público tenían pinta de bien folladas, si todo eso es así, yo creo que el mejor tributo que podemos hacer al filósofo Pepe Rubianes es volver a programar los domingos por la noche en La2 su sugestiva y profunda serie Makinavaja, el último choriso, como homenaje a su trayectoria, a su manejo del lenguaje, a su educación y a su consideración hacia los demás.