lunes, octubre 09, 2006

El enigma Mas


Alguien debería dar explicación al inmenso enigma Artur Mas: cómo un hombre sin ideas, sin principios ni convicciones, con obsesiones irracionales fundamentadas en la supremacía de la llengua y en un provincianismo ególatra enfermizo, puede suscitar tamaño apoyo por parte de los ciudadanos catalanes en la precampaña electoral, en la que todas las encuestas le sitúan como candidato favorito.

Hay quien piensa que Artur Mas está tan bien valorado por dos motivos: 1) el tripartito lo ha hecho fatal y 2) él en particular, y su partido en general, gobernaron mejor en su época en el poder. Es cierto que el tripartito catalán ha gobernado mal, muy mal, por tres motivos: eran (son) socialistas, eran (son) nacionalistas y cada uno de sus integrantes buscaba (busca) más poder a costa de los demás. Pero todo eso lo tienen en común con Artur Mas.

Los gobiernos de Convergència i Unió han demostrado en sus dos décadas largas de despotismo una gestión claramente socialista e intervencionista, subvencionadora y clientelar, supervisora de cualquier dinamismo que partiera de la iniciativa libre y privada, incluso mucho más aficionada al gasto público que el Partido Socialista. Artur Mas hereda y asume la obra de gobierno de CIU, está orgulloso de ella y si por algo se caracterizó en sus años como consejero primero de la Generalitat fue por su tendencia a buscar gente que se enganchara a la ubre del erario público mientras él hacía carrera como aspirante a hereu frente a Duran. Eso en cuanto al socialismo.

Del nacionalismo no hace falta decir nada. Artur Mas ha suscrito todas y cada una de las fechorías que en nombre de la lengua mágica ha llevado a cabo el tripartito. Artur Mas cree que las naciones no son conjuntos de ciudadanos libres, sino pueblos homogéneos separados por compartimentos estancos. Artur Mas ha estado de acuerdo con PSC, ERC e ICV en sus principales acciones, con el Estatut a la cabeza, y sobre todo en sus principales omisiones, como tirar rápidamente tierra sobre el Carmelo y el 3% o no reformar la ley electoral. Aterra pensar qué dirían los gimoteantes si en vez de decir que Cataluña se caracteriza por su lengua propia, alguien afirmara que X se caracteriza por su raza propia o Y por su religión propia.

El enigma Mas o por qué un tipo, cuya única experiencia profesional conocida es haber estado en los consejos de administración de La Seda de Barcelona y Casinos de Cataluña tras el oportuno dedazo de Jordi Pujol, resulta ser la gran esperanza de los catalanes, que ignoran que es lo mismo que Montilla con otras siglas.