A Josep-Lluís Carod-Rovira le llaman cabrón en la universidad, su mujer llama hijos de puta a los del PP, al autobús de Josep Piqué lo muelen a pedradas en Tarragona y Joan Saura dice que quiere follarse a la derecha. Menos mal que siempre nos quedará el prestigioso José Montilla, que reclama tranquilidad y ausencia de insultos (tras espetarle "¡Impresentable! ¡Eres un sectario y un impresentable, tío!" a Xavier Sala i Martín, lo cual efectivamente no es un insulto).
Y pensar que, en el fondo, sólo se trata mayoritariamente de querer pillar poltrona.
Y pensar que, en el fondo, sólo se trata mayoritariamente de querer pillar poltrona.
***
Vuelve, por un día, la gran estafa de la pedagogía.
"Carlos, la profesora de sexto de primaria se ha puesto enferma [...] Necesitaríamos que nos hagas un favor [...] Corrige estos controles de matemáticas [...] No pongas puntuación en el control corregido para evitar que los niños comparen sus notas y vean que hay mejores y peores; si aprueban ponles un aceptable y si suspenden, un no aceptable. Si ves que alguien tiene un 4 o un 4 y medio, ponle un aceptable igual, para que no se decepcione. Ah, y procura que al final acabe aprobando todo el mundo".
He puesto un control de Matemáticas en sexto de primaria, que se ceñía *estrictamente* a lo explicado y trabajado en clase, y he suspendido a 15 de los 25 alumnos, entre el estupor general. Cuando se entere la jefa de estudios de lo bien que he seguido sus recomendaciones, o me asesina ella o me asesina la asociación de padres.
"Carlos, la profesora de sexto de primaria se ha puesto enferma [...] Necesitaríamos que nos hagas un favor [...] Corrige estos controles de matemáticas [...] No pongas puntuación en el control corregido para evitar que los niños comparen sus notas y vean que hay mejores y peores; si aprueban ponles un aceptable y si suspenden, un no aceptable. Si ves que alguien tiene un 4 o un 4 y medio, ponle un aceptable igual, para que no se decepcione. Ah, y procura que al final acabe aprobando todo el mundo".
He puesto un control de Matemáticas en sexto de primaria, que se ceñía *estrictamente* a lo explicado y trabajado en clase, y he suspendido a 15 de los 25 alumnos, entre el estupor general. Cuando se entere la jefa de estudios de lo bien que he seguido sus recomendaciones, o me asesina ella o me asesina la asociación de padres.